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Sigfrido Reyes, presidente Órgano Legislativo 2011-2012
“El compromiso es que esta Asamblea Legislativa no tenga nada que ocultar”
El FMLN asumirá por primera vez la presidencia de la Asamblea Legislativa. A partir de este martes, 1 de febrero, Reyes será el presidente del Órgano Legislativo, tan marcado por la desconfianza y la falta de credibilidad. Aunque promete transparentar la institución, no asume compromisos para revelar las contrataciones de empleados o los acuerdos de junta directiva
El diputado del FMLN será presidente de la Asamblea Legislativa durante 15 meses. Un hito para su partido, que nunca ha dirigido el parlamento a pesar de haber ganado la mayor cantidad de diputados en las últimas elecciones. Todavía como vicepresidente asegura que dará un giro al papel que juega el presidente del Órgano Legislativo. ¿En qué sentido? Este tiene que ser más proactivo para que esta institución retome su lugar como centro de concertación política entre los partidos y los sectores sociales. Para ello, sostiene, el presidente debe tener una verdadera autoridad política y credibilidad. ¿Acaso no la ha tenido su predecesor, el pecenista Ciro Cruz Zepeda? Reyes no contesta la pregunta.
Tampoco se atreve a hacer compromisos para abrir una de las claves del funcionamiento administrativo y financiero de la Asamblea Legislativa: las decisiones de la junta directiva. Esa que autoriza contrataciones y acuerda mantenerlas ocultas del público. Esa que autoriza comprar automotores de lujo para los diputados, y esa que acuerda recetarse y recetar a los demás legisladores aumentos salariales en período de crisis económica y a escondidas de la gente. Su compromiso se queda en que intentará hacer algo. “Lo vamos a conversar. El compromiso es que esta Asamblea no tenga nada que ocultar, pero también soy consciente de que tengo que hacer un esfuerzo para que cualquier medida que se tome tenga el máximo respaldo de la junta directiva”, dice.
¿Qué diferenciará su gestión con respecto a la gestión de Ciro Cruz Zepeda?
Cuando hablas de gestión, veo dos ámbitos. Una es propiamente la gestión administrativa, la gestión de los asuntos cotidianos de una institución tan particular y compleja; otra es la gestión política, de los asuntos políticos que la Asamblea tiene que enfrentar y resolver. En ambos puntos tengo la convicción de que se pueden hacer cambios importantes que redunden, por un lado, en un mejor posicionamiento de la Asamblea dentro del sistema político del país, en su credibilidad y en su imagen en sociedad. Y, además que contribuyan a que la Asamblea sea una actor de un carácter más proactivo y protagónico en los asuntos del país. En lo que es la gestión interna de la Asamblea, creo que es una institución que debe de modernizarse de una manera rápida y consistente. Creo que tiene que ser una ventana abierta al público en cuanto a la información que aquí se procesa, a las actividades que realiza, tanto al interior como las de proyección. Creo que debe de comunicarse más lo que se hace, tiene que abrirse más a los ciudadanos y a los medios de comunicación.
Habla de una institución que no goza de mucha popularidad entre la ciudadanía…
… Porque lo que ha prevalecido en cierta manera es el secretismo, el misterio y los procesos poco transparentes o, hasta cierto punto, opacos. Y por otro lado, también en la Asamblea, por el mismo proceso político, se han tomado decisiones que, en algún determinado momento, han lesionado a la ciudadanía.
¿Por ejemplo?
La dolarización, algunos acuerdos para lesionar el sistema de pensiones, acuerdos de comercio que no fueron consultados con la sociedad, endeudamientos que no fueron debidamente justificados, elecciones de funcionarios de segundo grado que han llevado a que determinadas instituciones sean cuestionadas después… Y todo eso se hizo en la Asamblea. Hay un efecto de arrastre que no tiene que ver con esta legislatura, sino con que en las últimas dos décadas, donde hubo un marcado dominio de Arena, sirvió para consumar decisiones que la ciudadanía vio muy mal.
En las elecciones de 2003, el Frente terminó entregando la presidencia a Ciro Cruz Zepeda, del Partido de Conciliación Nacional…
… El FMLN consistentemente ha ganado las elecciones de 1997, sacando más votos que cualquier otro partido…
… Pero no diputados…
… No siempre ha significado ganar más diputados, pero la voluntad popular ha estado bien clara. Pero, siempre hubo un acuerdo de la derecha para impedir que esa voluntad popular se tradujese en que el Frente presidiera la Asamblea.
Eso pasó hace seis años.
Para la derecha fue como un punto de honor. Que quizás, en su mayor expresión, se pudo ver el pasado 1 de mayo de 2009, donde a pesar que el Frente hizo una propuesta para que tanto Arena como FMLN compartiésemos en plazos iguales la presidencia, la derecha insistió en no darle ninguna participación en aquel momento.
¿Por qué dársela al PCN, que no tenía ninguna mayoría?
Eso se lo tienen que preguntar a la derecha, porque nosotros no incluimos al PCN. Las derechas se terminaron confabulando y poniendo un presidente. Lo demás es historia: ese acuerdo se quiebra cuando Arena entra en su debacle y se genera una nueva recomposición, que es la que ha permitido que un representante del FMLN, por primera vez en la historia, asuma la presidencia de la Asamblea. Tomó más de 17 años para que se produjese una transición en la conducción del gobierno, en el Ejecutivo; tomó un poco más de tiempo para esa misma transición en la Corte Suprema de Justicia. Hoy ha llegado el momento del Órgano Legislativo. Esto lo enmarco en el proceso global de transición política del país que arrancó con los Acuerdos de paz, pero que no se da de manera automática....
El Faro.