viernes, 31 de octubre de 2014

Nos estamos preparando para las vacaciones¡¡¡¡¡



En coordinación con las autoridades locales, instituciones públicas, sectores e iglesias de San Luis de La Reina, realizaremos actividades para toda la familia y amigos.

Viernes 14 de noviembre: presentación de pelicula en el parque, entrada gratuita y para todas las edades.


Sabado 15 inician los torneos de futbolito en la cancha del parque, categoria infantil y juvenil en ambos sexos.

Sabado 29, tarde alegre en el parque e inicio de las fiestas navideñas. Habrá musica en vivo, batucada, danza, platos tipicos y muchas sorpresas.

Lunes 1° de diciembre: primera convivencia ciclistica, saliendo del parque hasta el Rio Lempa(Nuevo Edén), son 22 km¡¡¡¡¡ Hora de salida: 8:00 am(para el regreso habrá transporte).

Miercoles 17 de diciembre: caminata, saliendo del parque hasta el Vado Nuevo, Rio Torola(serán 9 km).

Sabado 20 de diciembre: Festival Navideño en el parque, inicio 4:00 pm.
Participan alumnos de la Escuela Parroquial de Música y otros grupos de música.

Actividades para que compartamos con la familia y amigos¡¡¡¡ Que sea un tiempo para compartir en alegria y solidaridad.

En memoria de aquellos que nos dieron la Vida

 "Cosechador de riesgos y de dudas, 
debelador de todos los poderes, 
Tu carne y Tu verdad en cruz, desnudas, 
contradicción y paz, ¡eres quien eres!

Jesús de Nazaret, hijo y hermano,
viviente en Dios y pan en nuestra mano,
camino y compañero de jornada,

Libertador total de nuestras vidas
que vienes, junto al mar, con la alborada,
las brasas y las llagas encendidas".
                 
                                                   Pedro Casaldáliga

Monumento a las victimas del conflicto armado en El Salvador, Parque Cuscatlán.

jueves, 30 de octubre de 2014

31 de octubre de 1989


Para muchos es un dia comercial y cómico por los aires que nos llegan del norte. Prefiero conmemorar el 31 de octubre recordando a Febe Elizabeth Velásquez, Ricardo Cestoni, Carmen Hernández, Daniel López, Julia Mendoza, Vicente Melgar, María Rosales, Rosa Hilda Saravia y Luis Vásquez. 
31 de octubre de 1989, ataque mortal al local de FENASTRAS(Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños).


martes, 28 de octubre de 2014

Documentos desclasificados de la dictadura argentina evidencian seguimiento a pasos de monseñor Romero

Argentina


Fátima Peña
El Faro / Publicado el 27 de octubre de 2014
Los cables desclasificados por el ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina revelan que había fuertes lazos de cooperación entre la dictadura argentina y el gobierno salvadoreño. Los 5832 documentos y resoluciones secretas se originaron en el mismo ministerio entre los años de 1976 a 1983, época en que se estableció una dictadura militar.
Buenoa Aires, ARGENTINA. La cancillería argentina habilitó ayer un sitio web que contiene 5832 documentos desclasificados que permanecían resguardados en sus archivos. La documentación que ha sido desclasificada corresponde al periodo comprendido entre 1976 a 1983, época en la que se estableció la dictadura militar encabezada por el presidente de facto Jorge Rafael Videla. La documentación desclasificada revela que el gobierno argentino mantenía fuertes relaciones diplomáticas con el gobierno salvadoreño del general Carlos Humberto Romero que fue derrocado por un golpe de Estado el 15 de octubre de 1979.
Al hacer uso del buscador de la herramienta digital para ubicar archivos relacionados con El Salvador, nos encontramos, por ejemplo, con un documento con fecha 15 de julio de 1979, originado en la embajada de Argentina en San Salvador, que informa sobre “conversación con nuncio apostólico relativo a elevar de viva voz al Vaticano informe sobre actividades de arzobispo Romero”. También la embajada argentina en San Salvador solía informar a la cancillería sobre la convulsión socio-política que estaba atravesando El Salvador y veía con especial preocupación las huelgas, los movimientos “subversivos” y las actuaciones de monseñor Romero: “Embajada de la República en San Salvador informa que arzobispo Romero apoya desde su diócesis y a través de sus medios de difusión a elementos subversivos”, aseguraba un documento del 14 de mayo de 1979.
Una de las hipótesis que se han manejado sobre el asesinato de monseñor Romero es que el francotirador que ejecutó al prelado fue un miembre de las fuerzas armadas argentinas enviado por la dictadura.
Los documentos desclasificados también demuestran que el gobierno de Argentina, encabezado por el militar Videla, brindaba ayuda al gobierno de El Salvador en materia de alimentación y medicamentos a cambio de que El Salvador apoyara a Argentina dando sus votos para sus candidatos a embajadores en la ONU y en la OEA. “Embajada de la República consulta si El Salvador está incluido en lista de beneficiarios de donaciones de trigo, recomienda incluirlo”, decía un cable de la embajada argentina originado en San Salvador el 10 de mayo de 1979. El periódico argentino Página 12 revela que entre los documentos “Hay menciones a tareas de las agregadurías militares, apoyos, capacitaciones, intercambios de inteligencia y ventas de armas y contactos con organizadores de los escuadrones de la muerte de El Salvador”.
Portal con la herramienta de búsqueda del Ministerio de Relaciones Exteriores y de Culto del gobierno argentino.
Portal con la herramienta de búsqueda del Ministerio de Relaciones Exteriores y de Culto del gobierno argentino.
En la resolución n° 239 que contiene el índice de todos los documentos desclasificados se pueden encontrar, al menos, 50 documentos provenientes de la embajada argentina en San Salvador. Los cables desclasificados pueden consultarse en este enlace en el sitio web del ministerio de relaciones exteriores. El objetivo de poner a disposición del público estos documentos es “dar a conocer cómo la dictadura se valió de las instituciones  del Estado”, dice elcomunicado de prensa de la Cancillería argentina.
El 15 de junio de 2011, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de Argentina establecieron un convenio que permitió la creación de la Comisión de relevamiento para la recuperación de la memoria histórica de la cancillería argentina. Esta Comisión solicitó en el 2012 la desclasificación de la documentación generada en la Cancillería argentina entre los años 1976 a 1983.
La Comisión ordenó, clasificó y digitalizó la documentación de la Cancillería. Este proceso comenzó en el 2009 con una primera desclasificación de 1531 documentos conocidos como el archivo Forti. Esta primera etapa fue realizada por la misma Cancillería. En 2011, y ya con la colaboración de la Comisión, se realizó la segunda desclasificación de documentos que culminó en mayo de 2014.
Esta acción argentina se suma a otras relevelaciones recientes sobre violaciones a DDHH durante la guerra civil salvadoreña. Hace pocas semanas el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Washington (UWCHR, por sus siglas en inglés), reveló en detalle el contenido del "Libro amarillo", un documento presuntamente elaborado por los militares salvadoreños en las décadas de los años 70 y 80 que contiene casi 2 mil nombres y que, comparado con archivos históricos, evidencia que cuatro de cada 10 personas en esa lista terminaron torturadas, desaparecidas o asesinadas. El UWCHR se hizo con el documento en 2011 y presentó su análisis al público este septiembre.
http://www.elfaro.net/es/201410/internacionales/16132/Documentos-desclasificados-de-la-dictadura-argentina-evidencian-seguimiento-a-pasos-de-monse%C3%B1or-Romero.htm

Francisco: "Reclamar tierra, techo y trabajo no es comunista, es la doctrina social de la Iglesia"

Vibrante discurso del Papa a los participantes del Encuentro Mundial de Movimientos Populares

"¡Ninguna familia sin vivienda! ¡Ningún campesino sin tierra! ¡Ningún trabajador sin derechos!"

Redacción, 28 de octubre de 2014
El Papa Francisco pidió hoy tierra para los campesinos, casas para las familias y derechos para los trabajadores durante el Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, en el que participa el presidente de Bolivia, Evo Morales.
"Este encuentro nuestro responde a un anhelo muy concreto, algo que cualquier padre, cualquier madre quiere para sus hijos; un anhelo que debería estar al alcance de todos, pero hoy vemos con tristeza cada vez más lejos de la mayoría: tierra, techo y trabajo", afirmó el pontífice.
"Es extraño pero si hablo de esto para algunos resulta que el papa es comunista", añadió. "No se entiende que el amor a los pobres está al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia".
El Encuentro Mundial de Movimientos Populares "no responde a una ideología", destacó el papa argentino. "Ustedes no trabajan con ideas, trabajan con realidades (...) tienen los pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha! Queremos que se escuche su voz que, en general, se escucha poco".
"Jesús les diría hipócritas" a los que abordan "el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos", señaló el líder de la Iglesia católica.
"Ustedes sienten que los pobres ya no esperan y quieren ser protagonistas, se organizan, estudian, trabajan, reclaman y sobre todo practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres y que nuestra civilización parece haber olvidado".
"Digamos juntos desde el corazón: ¡Ninguna familia sin vivienda! ¡Ningún campesino sin tierra! ¡Ningún trabajador sin derechos! ¡Ninguna persona sin la dignidad que da el trabajo!", exhortó Jorge Bergoglio.
El Papa regaló además a los presentes rosarios fabricados por artesanos, cartoneros y trabajadores de la economía popular de América Latina.
Éste fue el discurso íntegro del Papa:
Buenos días de nuevo, estoy contento de estar entre ustedes, además les digo una confidencia, es la primera vez que bajo acá, nunca había venido. Como les decía, tengo mucha alegría y les doy una calurosa bienvenida.
Gracias por haber aceptado esta invitación para debatir tantos graves problemas sociales que aquejan al mundo hoy, ustedes que sufren en carne propia la desigualdad y la exclusión. Gracias al Cardenal Turkson por su acogida. Gracias, Eminencia por su trabajo y sus palabras.
Este encuentro de Movimientos Populares es un signo, es un gran signo: vinieron a poner en presencia de Dios, de la Iglesia, de los pueblos, una realidad muchas veces silenciada. ¡Los pobres no sólo padecen la injusticia sino que también luchan contra ella!
No se contentan con promesas ilusorias, excusas o coartadas. Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONGs, planes asistenciales o soluciones que nunca llegan o, si llegan, llegan de tal manera que van en una dirección o de anestesiar o de domesticar. Esto es medio peligroso. Ustedes sienten que los pobres ya no esperan y quieren ser protagonistas, se organizan, estudian, trabajan, reclaman y, sobre todo, practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres, y que nuestra civilización parece haber olvidado, o al menos tiene muchas ganas de olvidar.
Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en una mala palabra, no se puede decir; pero es una palabra mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero: los desplazamientos forzados, las emigraciones dolorosas, la trata de personas, la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de ustedes sufren y que todos estamos llamados a transformar. La solidaridad, entendida, en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los movimientos populares.
Este encuentro nuestro no responde a una ideología. Ustedes no trabajan con ideas, trabajan con realidades como las que mencioné y muchas otras que me han contado... tienen los pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha! Queremos que se escuche su voz que, en general, se escucha poco. Tal vez porque molesta, tal vez porque su grito incomoda, tal vez porque se tiene miedo al cambio que ustedes reclaman, pero sin su presencia, sin ir realmente a las periferias, las buenas propuestas y proyectos que a menudo escuchamos en las conferencias internacionales se quedan en el reino de la idea, es mi proyecto.
No se puede abordar el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos. Qué triste ver cuando detrás de supuestas obras altruistas, se reduce al otro a la pasividad, se lo niega o peor, se esconden negocios y ambiciones personales: Jesús les diría hipócritas. Qué lindo es en cambio cuando vemos en movimiento a Pueblos, sobre todo, a sus miembros más pobres y a los jóvenes. Entonces sí se siente el viento de promesa que aviva la ilusión de un mundo mejor. Que ese viento se transforme en vendaval de esperanza. Ese es mi deseo.
Este encuentro nuestro responde a un anhelo muy concreto, algo que cualquier padre, cualquier madre quiere para sus hijos; un anhelo que debería estar al alcance de todos, pero hoy vemos con tristeza cada vez más lejos de la mayoría: tierra, techo y trabajo. Es extraño pero si hablo de esto para algunos resulta que el Papa es comunista.
No se entiende que el amor a los pobres está al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia. Voy a detenerme un poco en cada uno de éstos porque ustedes los han elegido como consigna para este encuentro.
Tierra. Al inicio de la creación, Dios creó al hombre, custodio de su obra, encargándole de que la cultivara y la protegiera. Veo que aquí hay decenas de campesinos y campesinas, y quiero felicitarlos por custodiar la tierra, por cultivarla y por hacerlo en comunidad. Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no por guerras o desastres naturales. El acaparamiento de tierras, la desforestación, la apropiación del agua, los agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al hombre de su tierra natal. Esta dolorosa separación, que no es sólo física, sino existencial y espiritual, porque hay una relación con la tierra que está poniendo a la comunidad rural y su peculiar modo de vida en notoria decadencia y hasta en riesgo de extinción.
La otra dimensión del proceso ya global es el hambre. Cuando la especulación financiera condiciona el precio de los alimentos tratándolos como a cualquier mercancía, millones de personas sufren y mueren de hambre. Por otra parte se desechan toneladas de alimentos. Esto constituye un verdadero escándalo. El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable. Sé que algunos de ustedes reclaman una reforma agraria para solucionar alguno de estos problemas, y déjenme decirles que en ciertos países, y acá cito el Compendio de la Doctrina Social de la IGLESIA, "la reforma agraria es además de una necesidad política, una obligación moral" (CDSI, 300).
No lo digo solo yo, está en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Por favor, sigan con la lucha por la dignidad de la familia rural, por el agua, por la vida y para que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra.
Segundo, Techo. Lo dije y lo repito: una casa para cada familia. Nunca hay que olvidarse que Jesús nació en un establo porque en el hospedaje no había lugar, que su familia tuvo que abandonar su hogar y escapar a Egipto, perseguida por Herodes. Hoy hay tantas familias sin vivienda, o bien porque nunca la han tenido o bien porque la han perdido por diferentes motivos. Familia y vivienda van de la mano. Pero, además, un techo, para que sea hogar, tiene una dimensión comunitaria: y es el barrio... y es precisamente en el barrio donde se empieza a construir esa gran familia de la humanidad, desde lo más inmediato, desde la convivencia con los vecinos. Hoy vivimos en inmensas ciudades que se muestran modernas, orgullosas y hasta vanidosas. Ciudades que ofrecen innumerables placeres y bienestar para una minoría feliz... pero se le niega el techo a miles de vecinos y hermanos nuestros, incluso niños, y se los llama, elegantemente, "personas en situación de calle". Es curioso como en el mundo de las injusticias, abundan los eufemismos. No se dicen las palabras con la contundencia y la realidad se busca en el eufemismo. Una persona, una persona segregada, una persona apartada, una persona que está sufriendo la miseria, el hambre, es una persona en situación de calle: palabra elegante ¿no? Ustedes busquen siempre, por ahí me equivoco en alguno, pero en general, detrás de un eufemismo hay un delito.
Vivimos en ciudades que construyen torres, centros comerciales, hacen negocios inmobiliarios... pero abandonan a una parte de sí en las márgenes, las periferias. ¡Cuánto duele escuchar que a los asentamientos pobres se los margina o, peor, se los quiere erradicar! Son crueles las imágenes de los desalojos forzosos, de las topadoras derribando casillas, imágenes tan parecidas a las de la guerra. Y esto se ve hoy.
Ustedes saben que en las barriadas populares donde muchos de ustedes viven subsisten valores ya olvidados en los centros enriquecidos. Los asentamientos están bendecidos con una rica cultura popular: allí el espacio público no es un mero lugar de tránsito sino una extensión del propio hogar, un lugar donde generar vínculos con los vecinos. Qué hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo. Qué lindas son las ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro. Por eso, ni erradicación ni marginación: Hay que seguir en la línea de la integración urbana. Esta palabra debe desplazar totalmente a la palabra erradicación, desde ya, pero también esos proyectos que pretender barnizar los barrios pobres, aprolijar las periferias y maquillar las heridas sociales en vez de curarlas promoviendo una integración auténtica y respetuosa. Es una especie de arquitectura de maquillaje ¿no? Y va por ese lado. Sigamos trabajando para que todas las familias tengan una vivienda y para que todos los barrios tengan una infraestructura adecuada (cloacas, luz, gas, asfalto, y sigo: escuelas, hospitales o salas de primeros auxilios, club deportivo y todas las cosas que crean vínculos y que unen, acceso a la salud -lo dije- y a la educación y a la seguridad en la tenencia.
Tercero, Trabajo. No existe peor pobreza material - me urge subrayarlo-, no existe peor pobreza material, que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo. El desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales no son inevitables, son resultado de una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima del hombre, si el beneficio es económico, sobre la humanidad o sobre el hombre, son efectos de una cultura del descarte que considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar.
Hoy, al fenómeno de la explotación y de la opresión se le suma una nueva dimensión, un matiz gráfico y duro de la injusticia social; los que no se pueden integrar, los excluidos son desechos, "sobrantes". Esta es la cultura del descarte y sobre esto quisiera ampliar algo que no tengo escrito pero se me ocurre recordarlo ahora. Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona humana. Sí, al centro de todo sistema social o económico tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el denominador del universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de valores.

Y, para graficar, recuerdo una enseñanza de alrededor del año 1200. Un rabino judío explicaba a sus feligreses la historia de la torre de babel y entonces contaba cómo, para construir esta torre de babel, había que hacer mucho esfuerzo había que fabricar los ladrillos, para fabricar los ladrillos había que hacer el barro y traer la paja, y amasar el barro con la paja, después cortarlo en cuadrado, después hacerlo secar, después cocinarlo, y cuando ya estaban cocidos y fríos, subirlos para ir construyendo la torre.
Si se caía un ladrillo, era muy caro el ladrillo con todo este trabajo, si se caía un ladrillo era casi una tragedia nacional. Al que lo dejaba caer lo castigaban o lo suspendían o no sé lo que le hacían, y si caía un obrero no pasaba nada. Esto es cuando la persona está al servicio del dios dinero y esto lo contaba un rabino judío en el año 1200 explicaba estas cosas horribles.
Y respecto al descarte también tenemos que ser un poco atentos a lo que sucede en nuestra sociedad. Estoy repitiendo cosas que he dicho y que están en la Evangelii Gaudium. Hoy día, se descartan los chicos porque el nivel de natalidad en muchos países de la tierra ha disminuido o se descartan los chicos por no tener alimentación o porque se les mata antes de nacer, descarte de niños.
Se descartan los ancianos, porque, bueno, no sirven, no producen, ni chicos ni ancianos producen, entonces con sistemas más o menos sofisticados se les va abandonando lentamente, y ahora, como es necesario en esta crisis recuperar un cierto equilibrio, estamos asistiendo a un tercer descarte muy doloroso, el descarte de los jóvenes. Millones de jóvenes, yo no quiero decir la cifra porque no la sé exactamente y la que leí me parece un poco exagerada, pero millones de jóvenes descartados del trabajo, desocupados.
ver texto completo
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2014/10/28/francisco-reclamar-tierra-techo-y-trabajo-no-es-comunista-es-la-doctrina-social-de-la-iglesia-religion-iglesia-vaticano-movimientos-populares.shtml 

sábado, 25 de octubre de 2014

CREER EN EL AMOR - José Antonio Pagola

La religión cristiana les resulta a no pocos un sistema religioso difícil de entender y, sobre todo, un entramado de leyes demasiado complicado para vivir correctamente ante Dios. ¿No necesitamos los cristianos concentrar mucho más nuestra atención en cuidar antes que nada lo esencial de la experiencia cristiana?

Los evangelios han recogido la respuesta de Jesús a un sector de fariseos que le preguntan cuál es el mandamiento principal de la Ley. Así resume Jesús lo esencial: lo primero es “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser”; lo segundo es “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

La afirmación de Jesús es clara. El amor es todo. Lo decisivo en la vida es amar. Ahí está el fundamento de todo. Lo primero es vivir ante Dios y ante los demás en una actitud de amor. No hemos de perdernos en cosas accidentales y secundarias, olvidando lo esencial. Del amor arranca todo lo demás. Sin amor todo queda pervertido.

Al hablar del amor a Dios, Jesús no está pensando en los sentimientos o emociones que pueden brotar de nuestro corazón; tampoco nos está invitando a multiplicar nuestros rezos y oraciones. Amar al Señor, nuestro Dios, con todo el corazón es reconocer a Dios como Fuente última de nuestra existencia, despertar en nosotros una adhesión total a su voluntad, y responder con fe incondicional a su amor universal de Padre de todos.
Por eso añade Jesús un segundo mandamiento. No es posible amar a Dios y vivir de espaldas a sus hijos e hijas. Una religión que predica el amor a Dios y se olvida de los que sufren es una gran mentira. La única postura realmente humana ante cualquier persona que encontramos en nuestro camino es amarla y buscar su bien como quisiéramos para nosotros mismos.

Todo este lenguaje puede parecer demasiado viejo, demasiado gastado y poco eficaz. Sin embargo, también hoy el primer problema en el mundo es la falta de amor, que va deshumanizando, uno tras otro, los esfuerzos y las luchas por construir una convivencia más humana.

Hace unos años, el pensador francés, Jean Onimus escribía así: “El cristianismo está todavía en sus comienzos; nos lleva trabajando solo dos mil años. La masa es pesada y se necesitarán siglos de maduración antes de que la caridad la haga fermentar”. Los seguidores de Jesús no hemos de olvidar nuestra responsabilidad. El mundo necesita testigos vivos que ayuden a las futuras generaciones a creer en el amor pues no hay un futuro esperanzador para el ser humano si termina por perder la fe en el amor.

José Antonio Pagola
vgentza@euskalnet.net

Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Difunde el mensaje del amor.
26 de octubre de 2014
30 Tiempo ordinario(A)
Mateo 22, 34-40

domingo, 19 de octubre de 2014

Promoviendo a la niñez...




El Papa beatifica a Pablo VI, “el timonel del Concilio” que supo “guiar en solitario la barca de Pedro”

Francisco: “Jesús no tiene miedo a las novedades, porque el Evangelio es la novedad de Dios en el hombre y el mundo”





Ésta es la homilía íntegra de Francisco:
Acabamos de escuchar una de las frases más famosas de todo el Evangelio: «Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (Mt 22,21).
Jesús responde con esta frase irónica y genial a la provocación de los fariseos que, por decirlo de alguna manera, querían hacerle el examen de religión y ponerlo a prueba. Es una respuesta inmediata que el Señor da a todos aquellos que tienen problemas de conciencia, sobre todo cuando están en juego su conveniencia, sus riquezas, su prestigio, su poder y su fama. Y esto ha sucedido siempre.
Evidentemente, Jesús pone el acento en la segunda parte de la frase: «Y [dar] a Dios lo que es de Dios». Lo cual quiere decir reconocer y creer firmemente -frente a cualquier tipo de poder- que sólo Dios es el Señor del hombre, y no hay ningún otro. Ésta es la novedad perenne que hemos de redescubrir cada día, superando el temor que a menudo nos atenaza ante las sorpresas de Dios.
¡Él no tiene miedo de las novedades! Por eso, continuamente nos sorprende, mostrándonos y llevándonos por caminos imprevistos. Nos renueva, es decir, nos hace siempre "nuevos". Un cristiano que vive el Evangelio es "la novedad de Dios" en la Iglesia y en el mundo. Y a Dios le gusta mucho esta "novedad".
«Dar a Dios lo que es de Dios» significa estar dispuesto a hacer su voluntad y dedicarle nuestra vida y colaborar con su Reino de misericordia, de amor y de paz. En eso reside nuestra verdadera fuerza, la levadura que fermenta y la sal que da sabor a todo esfuerzo humano contra el pesimismo generalizado que nos ofrece el mundo. En eso reside nuestra esperanza, porque la esperanza en Dios no es una huida de la realidad, no es un alibi: es ponerse manos a la obra para devolver a Dios lo que le pertenece. Por eso, el cristiano mira a la realidad futura, a la realidad de Dios, para vivir plenamente la vida -con los pies bien puestos en la tierra- y responder, con valentía, a los incesantes retos nuevos.
Lo hemos visto en estos días durante el Sínodo extraordinario de los Obispos -"sínodo" quiere decir "caminar juntos"-. Y, de hecho, pastores y laicos de todas las partes del mundo han traído aquí a Roma la voz de sus Iglesias particulares para ayudar a las familias de hoy a seguir el camino del Evangelio, con la mirada fija en Jesús. Ha sido una gran experiencia, en la que hemos vivido la sinodalidad y la colegialidad, y hemos sentido la fuerza del Espíritu Santo que guía y renueva sin cesar a la Iglesia, llamada, con premura, a hacerse cargo de las heridas abiertas y a devolver la esperanza a tantas personas que la han perdido. Por el don de este Sínodo y por el espíritu constructivo con que todos han colaborado, con el Apóstol Pablo, «damos gracias a Dios por todos ustedes y los tenemos presentes en nuestras oraciones» (1 Ts 1,2). Y que el Espíritu Santo que, en estos días intensos, nos ha concedido trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad, acompañe ahora, en las Iglesias de toda la tierra, el camino de preparación del Sínodo Ordinario de los Obispos del próximo mes de octubre de 2015. Hemos sembrado y seguiremos sembrando con paciencia y perseverancia, con la certeza de que es el Señor quien da el crecimiento (cf. 1 Co 3,6). En este día de la beatificación del Papa Pablo VI, me vienen a la mente las palabras con que instituyó el Sínodo de los Obispos: «Después de haber observado atentamente los signos de los tiempos, nos esforzamos por adaptar los métodos de apostolado a las múltiples necesidades de nuestro tiempo y a las nuevas condiciones de la sociedad» (Carta ap. Motu proprio Apostolica sollicitudo).
Contemplando a este gran Papa, a este cristiano comprometido, a este apóstol incansable, ante Dios hoy no podemos más que decir una palabra tan sencilla como sincera e importante: Gracias. Gracias a nuestro querido y amado Papa Pablo VI. Gracias por tu humilde y profético testimonio de amor a Cristo y a su Iglesia.
El que fuera gran timonel del Concilio, al día siguiente de su clausura, anotaba en su diario personal: «Quizás el Señor me ha llamado y me ha puesto en este servicio no tanto porque yo tenga algunas aptitudes, o para que gobierne y salve la Iglesia de sus dificultades actuales, sino para que sufra algo por la Iglesia, y quede claro que Él, y no otros, es quien la guía y la salva» (P. Macchi, Paolo VI nella sua parola, Brescia 2001, 120-121). En esta humildad resplandece la grandeza del Beato Pablo VI que, en el momento en que estaba surgiendo una sociedad secularizada y hostil, supo conducir con sabiduría y con visión de futuro -y quizás en solitario- el timón de la barca de Pedro sin perder nunca la alegría y la fe en el Señor.
Pablo VI supo de verdad dar a Dios lo que es de Dios dedicando toda su vida a la «sagrada, solemne y grave tarea de continuar en el tiempo y extender en la tierra la misión de Cristo» (Homilía en el inicio del ministerio petrino, 30 junio 1963: AAS 55 [1963], 620), amando a la Iglesia y guiando a la Iglesia para que sea «al mismo tiempo madre amorosa de todos los hombres y dispensadora de salvación» (Carta enc. Ecclesiam Suam, Prólogo).
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2014/10/19/religion-iglesia-vaticano-francisco-sinodo-pablovi-novedad-evangelio-reformas-familia-dios-beatificacion-vaticano.shtml

viernes, 17 de octubre de 2014

El Papa denuncia ante la FAO la "especulación con los precios en nombre del dios beneficio"



Francisco, contra el hambre en el mundo

"Ha llegado el momento de pensar y decidir a partir de cada persona y comunidad, y no desde la situación de los mercados"


Francisco arremete contra la "disminución general de la ayuda pública al desarrollo"

Jesús Bastante, 17 de octubre de 2014 

(Jesús Bastante).- La crisis "nos hace pensar en la enorme cantidad de alimentos que se desperdician, en los productos que se destruyen, en la especulación con los precios en nombre del dios beneficio". El Papa Francisco envió una carta al director general de la FAO, José Graziano da Silva, con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación.
En la misma, el pontífice denuncia la "disminución general de la ayuda pública al desarrollo" como uno de los factores que, aún hoy, provocan que una de cada nueve personas en el mundo pasen hambre.
"Nunca como en este momento ha necesitado el mundo que las personas y las naciones se unan para superar las divisiones y los conflictos existentes, y sobre todo para buscar vías concretas de salida de una crisis que es global, pero cuyo peso soportan mayormente los pobres", subraya Francisco, quien sostiene la necesidad de "cambiar el paradigma de las políticas de ayuda y de desarrollo, modificar las reglas internacionales en materia de producción y comercialización de los productos agrarios".
"Ha llegado el momento de pensar y decidir a partir de cada persona y comunidad, y no desde la situación de los mercados", concluye el Pontífice, quien aboga por "una nueva idea de cooperación", que "debería interesar e implicar a los Estados, a las instituciones y a las organizaciones de la sociedad civil, así como a las comunidades de creyentes que, con múltiples iniciativas, viven a menudo con los últimos y comparten las mismas situaciones y privaciones, frustraciones y esperanzas".

Éste es el mensaje del Papa al Director General de la FAO

Al Señor José Graziano da Silva
Director general de la FAO
1. Un año más, la Jornada Mundial de la Alimentación se hace eco del grito de tantos hermanos y hermanas nuestros que en diversas partes del mundo no tienen el pan de cada día. Por otra parte, nos hace pensar en la enorme cantidad de alimentos que se desperdician, en los productos que se destruyen, en la especulación con los precios en nombre del dios beneficio. Es una de las paradojas más dramáticas de nuestro tiempo, a la que asistimos con impotencia, pero a menudo también con indiferencia, «incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, [...] como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe» (Evangelii Gaudium, 54).
A pesar de los avances que se están realizando en muchos países, los últimos datos siguen presentando aún una situación inquietante, a la que ha contribuido la disminución general de la ayuda pública al desarrollo. Pero más allá de los datos, hay un aspecto importante del problema que no ha recibido todavía la debida consideración en las políticas y planes de acción: quienes sufren la inseguridad alimentaria y la desnutrición son personas y no números, y precisamente por su dignidad de personas, están por encima de cualquier cálculo o proyecto económico.
También el tema propuesto por la FAO para la presente Jornada -Agricultura familiar: Alimentar al mundo, cuidar el planeta- pone de relieve la necesidad de partir de las personas, como individuos o como grupos, a la hora de proponer nuevas formas y modos de gestión de los diferentes aspectos de la alimentación. En concreto, es necesario reconocer cada vez más el papel de la familia rural y desarrollar todas sus potencialidades. Este año dedicado a la agricultura familiar, que ahora concluye, ha servido para constatar de nuevo que la familia rural puede responder a la falta de alimentos sin destruir los recursos de la creación. Pero, para ello, hemos de estar atentos a sus necesidades, no sólo técnicas, sino también humanas, espirituales, sociales y, por otra parte, tenemos que aprender de su experiencia, de su capacidad de trabajo y, sobre todo, de ese vínculo de amor, solidaridad y generosidad, que hay entre sus miembros y que está llamado a convertirse en un modelo para la vida social.

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