viernes, 17 de marzo de 2017

Periodistas holandeses. 17 de marzo de 1982-2017






“Contacto con Koos Koster, en el Hotel Alameda, habitación 418. Tel.: 23-99-99. Holandés”, se leía en un mensaje encontrado por soldados del destacamento militar de Usulután en la ropa de un guerrillero asesinado. El miembro del FMLN era uno de los contactos del periodista holandés Koos Jacobus Andreis Koster, que estaba en El Salvador haciendo un reportaje sobre la situación política y militar del país por encargo de la televisora Ikon. Lo acompañaban el productor y redactor Jan Cornelius Kuiper Joop; el técnico de sonido Hans Lodewijk ter Laag; y el camarógrafo Johannes Jan Willemsen, todos de nacionalidad holandesa.

El papel con los datos del periodista llegó a manos del coronel Francisco Antonio Morán, director general de la Policía de Hacienda, quien interrogó a los holandeses y les advirtió el riesgo que corría su seguridad. A pesar de esto, decidieron continuar su trabajo y concertaron un encuentro para el reportaje en una zona ocupada por el FMLN, en Chalatenango. Al dirigirse al lugar, junto a unos escoltas del Frente, el grupo fue blanco de una emboscada tendida por soldados del batallón de infantería de reacción inmediata Atonal. Dos de los periodistas corrieron colina abajo, pero fueron alcanzados por los disparos. Los otros dos cayeron muertos con las primeras balas.
Dos años antes, en 1980, Koster elaboró un reportaje sobre las unidades de defensa civil y los escuadrones de la muerte, que tuvo un gran impacto en el extranjero.

Caso completo

La mañana del 17 de marzo de 1982, cuatro periodistas holandeses salieron de la capital salvadoreña hacia Chalatenango con el objetivo de realizar un reportaje, con dirigentes de la guerrilla del FMLN, sin embargo no lograron su cometido. Al conmemorar un aniversario más del asesinato de los cuatro tulipanes holandeses proclamamos nuestra solidaridad con el sentimiento vivo del pueblo Reino de los Países Bajos.
17 de marzo de 1982. Santa Rita, Chalatenango, El Salvador. Koos Jacobus Andries Koster, periodista; Jan Corenlius Kuiper Joop, productor y redactor; Hans Lodewijk ter Laag, técnico en sonido y Johannes Jan Willemsen, camarógrafo; murieron en una emboscada perpetrada por soldados del Batallón Atonal, cuando se dirigían a un campamento guerrillero, guiados por cuatro de sus combatientes, para realizar un reportaje periodístico.
La noticia impactó al pueblo holandés y a toda la comunidad internacional. El embajador de Holanda, en aquel entonces se reunión con un miembro de la Junta Revolucionaria y le solicitó una investigación profunda y completa de los hechos, investigaciones que fueron entorpecidas y no fue hasta el informe de la Comisión de La Verdad, “De la Locura a la Esperanza”, documento que refleja los grandes acontecimientos sucedidos en la guerra civil salvadoreña y nacido de la Firma de Los Acuerdos de Paz en 1992, que se conocieron los detalles y se confirmaron los culpables: el comandante de la 4ta Brigada de Infantería, el coronel Mario A. Reyes Mena, quien planificó el ataque; el sargento Mario Canizales Espinoza, quien ejecutó la masacre al mando de 25 soldados del Ejército.
Marzo de 1982
En esa fecha, El Salvador era visitado por muchos periodistas extranjeros debido a la coyuntura política, ya que se aproximaban las elecciones para la Asamblea Constituyente y la violencia generalizada que se vivía. Koster tenía la misión de realizar un reportaje por encargo de la empresa de televisión del Reino de los Países Bajos, IKON y formó su equipo con Joop, Lassg y Willemsen.
Para esos días los periodistas eran amenazados. El Comité de Prensa de la Fuerza Armada, COPREFA, sacó un comunicado con una lista de 35 periodistas que estaban “en la mira”, entre extranjeros y nacionales, supuestamente por favorecer con reportajes a la guerrilla salvadoreña.
“Lo que pasaba es que los periodistas que trabajábamos para agencias internacionales no éramos bien vistos por el ejército, ya que las publicaciones que hacíamos ponían en evidencia las violaciones que cometía el ejército, en cambio acá el periodista, el periodismo era censurado o se autocensuraba”, relata Iván Montesinos, fotoperiodista salvadoreño quien en ese entonces trabajaba para la Agencia de Noticias UPI (United Press International).
El 11 de marzo, los cuatro periodistas holandeses fueron detenidos por la Policía de Hacienda y llevados a la oficina del coronel Francisco Antonio Morán, director general de la famosa, por su brutalidad, PH. Los interrogaron, ya que en el bolsillo de un guerrillero, que asesinaron, encontraron un papel con el nombre, número de teléfono y hospedaje de Kooster.
Los holandeses fueron sometidos a un fuerte interrogatorio, ellos por supuesto negaron cualquier contacto con la guerrilla, ya que sus vidas estaban en juego. El 12 de marzo fueron liberados, y al mismo tiempo en el titular de un comunicado de COPREFA se leía “Periodista Holandés Contacto de Subversivos”, detalla el Informe de La Verdad.
Montesinos, quien fue amigo de Kooster pudo conversar con él, en esos días. “Koos habló conmigo y me dijo – mirá Iván quiero que por favor me des un consejo, fijate que nosotros estamos esperando salir para Chalatenango, dentro de unos días y ¿tú qué piensas? ¿crees que es conveniente o no? – yo, como conocía bien la realidad del país y cómo actuaban los militares y estos cuerpos represivos, entonces mi consejo fue – mirá Koos, a ustedes ya los capturaron, entonces los deben de tener bien controlados, incluso los teléfonos del hotel, entonces mi consejo es que salgan del país – le sugerí”, relata el fotoperiodista.
Sin embargo los holandeses decidieron seguir con su objetivo de realizar la filmación, pues para ellos era importante que el mundo supiera los sufrimientos que las y los salvadoreños padecían durante el conflicto armado.
Jan Pierre Lucien Schmeitz, otro periodista holandés que llegó en esos días a El Salvador, él conducía un microbús, el cuál prestó a sus colegas para que se trasladaran el 17 hacia Chalatenango. El vehículo fue conducido por el alemán Armin Friedrich Wertz, periodista independiente condujo el vehículo, el cual tenían pintado en grande, en los costados PRENSA-TV.
Los holandeses se reunieron con Wertz en un restaurante y con el “Comandante Oscar”, miembro de las FPL (Fuerzas Populares de Liberación), también con un joven de aproximadamente 15 años de seudónimo “Rubén”, quien era el único que conocía el lugar del encuentro con los guerrilleros y quien los guiaría. Salieron cerca de las 3:00 p.m. de San Salvador, pasando por la ciudad de Aguilares, rumbo a Chalatenango.
Emboscados sin piedad
Los periodistas holandeses junto al “Comandante Oscar” y “Rubén” ya en el terreno, en Santa Rita, avanzaban a una distancia de cuatro metros, ya eran acompañados de “Carlos” y “Martín”, dos guerrilleros, que además desde horas tempranas ya habían hecho reconocimiento del lugar.
Joop, Lassg y Willemsen y desde luego Kooster iban emocionados. Realizarían un reportaje que la comunidad internacional conocería, de cómo vivía la gente en una zona guerrillera: su día a día, sus miedos, su forma de subsistir, cómo se cuidaban unos a otros y cómo sobrevivían a los acosos y acechos del ejército salvadoreño que era apoyado política y militarmente por el gobierno de los Estados Unidos.
Pero solo habían caminado unos 250 metros, cuando el grupo de 8 hombres fue atacado por una ráfaga de balas de M-16 y de ametralladora M-60, que provenían de soldados del ejército situados en dos colinas a 100 metros de ellos, según lo relata “Martín”, único sobreviviente de la masacre, versión que después fue confirmada por el sargento Canizales.
El Reino de los Países Bajos exigía respuestas
El guerrillero “Martín” fue llevado a Holanda, donde testificó el 4 y 5 de mayo de ese mismo año. Ese mismo mes, la Comisión holandesa tuvo una reunión con el sargento Canizales, pero sin que otras personas estuvieran de testigos.
El Salvador dijo que inició la investigación, pero esta se paralizó en 1988, debido a que la Juez Dora del Carmen Gómez de Claros dijo estar recibiendo amenazas y pidió refugió en otro país. Luego la Comisión holandesa pidió una copia del expediente judicial a la Lic. Margarita de los Ángeles Fuente Sanabria, Juez de Primera Instancia de El Dulce Nombre de María, Chalatenango. Documento que, según la Juez, recibió instrucciones de no entregarla, ya que tenían que pedírsela a la Corte Suprema de Justicia, en ese entonces el Dr. Mauricio Gutiérrez Castro, presidente del Órgano judicial no dio respuesta a esa petición. Pero el procurador General de la República envió una copia del documento, así lo detalla el Informe de La Verdad, hasta 1992.
“La Comisión de la Verdad considera que existe plena evidencia de que la muerte de los periodistas Koos Jacobus Andries Koster, Jan Corenlius Kuiper Joop, Hans Lodewijk ter Laag, y Johannes Jan Willemsen, ocurrida el 17 de marzo de 1982, fue consecuencia de una emboscada planeada con anterioridad por el comandante de la Cuarta Brigada de Infantería, coronel Mario A. Reyes Mena, con el conocimiento de otros oficiales, en el cuartel de El Paraíso, sobre la base de información de inteligencia que les alertó de su presencia, y fue ejecutada por una patrulla de soldados perteneciente al BIRI Atona, al mando del sargento Mario Canizales Espinoza”.
El asesinato de los holandeses como el de periodistas de otras nacionalidades y nacionales violó el Derecho Internacional de Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, que dispone que los civiles no serán objeto de ataque.
La indignación, la tristeza y la búsqueda de respuestas que sintió el Reino de los Países Bajos desde ese trágico 17 de marzo de 1982, se avivó en 1989, cuando Cornel Lagrouw, periodista, también holandés, que trabajaba permanentemente en El Salvador, murió cubriendo un enfrentamiento en San Francisco Javier, Usulután y por todos los periodistas salvadoreños y extranjeros que fallecieron haciendo periodismo entre las balas.
En recuerdo de los tulipanes holandeses
Kooster, Joop, Lassg y Willemsen fallecieron hace 32 años. Sin embargo su misión de denunciar las injusticias y proclamar el respeto a la Defensa de los Derechos Humanos sigue viva, así lo proclama año con año el Reino de Los Países Bajos, como lo sustentó la actual embajadora Mette Gonggrijp, en el evento de la conmemoración de la Declaración Universal de Los Derechos Humanos, el recién pasado diciembre.
“Para Holanda el tema de los Derechos Humanos es muy importante. Nuestro gobierno se esfuerza para promover el respeto de los derechos humanos en Holanda y en el resto del mundo. Para ello el gobierno de Holanda se enfoca en tres temas específicos: los derechos de las mujeres, los derechos de LGTBI y defensores de derechos humanos. Los defensores de derechos humanos juegan un papel importante en la promoción del respeto a los derechos humanos. Los defensores de derechos humanos ayudan a denunciar las violaciones de los derechos humanos y generan conciencia sobre conflictos sociales. Según este criterio, también, los periodistas se clasifican como defensores de los derechos humanos…”.
En memoria de los periodistas fallecidos durante la guerra de El Salvador que duró 12 años
Ignacio Terrazas Rodríguez de México en 1980 (El primer periodista asesinado)
John Sullivan de El Salvador en 1980
César Najrro de El Salvador en 1980
Jaime Suárez de El Salvador en 1980
Olivier Rebbot de Francia en 1981
Ian Mates de Sudáfrica en 1981
John Hoagland de Estados Unidos en 1984
Mauricio Pineda de El Salvador en 1989
Roberto Navas de El Salvador en 1989
Eloy Guevara de El Salvador en 1989
Daviy Blundy de Gran Bretaña en 1989
René Tamsen Salvadoreño/Norteamericano en 1989 (Desaparecido)