domingo, 27 de abril de 2014

Una fiesta en la que nuevamente dejan el mejor vino para el final: Los Martires latinoamericanos.


Una gran fiesta(boda)sin duda. Y Jesus y Maria estaban nuevamente invitados; la madre de Jesus cuidadosa y previsora se fijo que se acabo el vino: Hijo, se les acabo el vino y la fiesta no termina. Hay mama, se les olvido el mejor vino y supongo que lo tienen bien custodiado(escondido)...
Y ese mejor vino son los martires latinoamericanos: Romero, Gerardi, Ita, Jean, Maura, Rutilio, Montes, catequistas, delegados de la palabra ... Elegidos y consagrados como maximos testigos de la Vida, del Amor, de la Justicia, por el mismisimo Padre Dios .
 Canonizados en el momento del Martirio.


El Papa Juan XXIII sorprendió a la Iglesia y al mundo con el Concilio Vaticano II. 

sábado, 19 de abril de 2014

Y Resucitó¡¡¡¡¡¡




Mateo 28,1-10
Al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro.
  Y he aquí, hubo un gran terremoto, porque un  ángel del Señor, descendiendo del cielo y acercándose al sepulcro, removió la piedra y se sentó sobre ella.
  Y su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.
  Y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos.
  Y respondiendo el ángel, dijo a las mujeres: No temáis , porque yo sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado.
  No está aquí, porque ha resucitado, así como dijo. Vengan , vean el lugar donde fue puesto el Señor.
  Vayan  pronto y digan a sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos; y he aquí va delante de ustedes a Galilea; allí le verán.

Volver a Galilea


Los evangelios han recogido el recuerdo de tres mujeres admirables que, al amanecer del sábado, se han acercado al sepulcro donde ha sido enterrado Jesús. No lo pueden olvidar. Lo siguen amando más que a nadie. Mientras tanto, los varones han huido y permanecen tal vez escondidos. El mensaje, que escuchan al llegar, es de una importancia excepcional. El evangelio más antiguo dice así: “¿Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado”. Es un error buscar a Jesús en el mundo de la muerte. Está vivo para siempre. Nunca lo podremos encontrar donde la vida está muerta.
No lo hemos de olvidar. Si queremos encontrar a Cristo resucitado, lleno de vida y fuerza creadora, no lo hemos de buscar en una religión muerta, reducida al cumplimiento externo de preceptos y ritos rutinarios, o en una fe apagada, que se sostiene en tópicos y fórmulas gastadas, vacías de amor vivo a Jesús.
Entonces, ¿dónde lo podemos encontrar? Las mujeres reciben este encargo: “Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. ¿Por qué hay que volver a Galilea para ver al Resucitado? ¿Qué sentido profundo se encierra en esta invitación? ¿Qué se nos está diciendo a los cristianos de hoy?
En Galilea se escuchó, por vez primera y en toda su pureza, la Buena Noticia de Dios y el proyecto humanizador del Padre. Si no volvemos a escucharlos hoy con corazón sencillo y abierto, nos alimentaremos de doctrinas venerables, pero no conoceremos la alegría del Evangelio de Jesús, capaz de “resucitar” nuestra fe.
A orillas del lago de Galilea, empezó Jesús a llamar a sus primeros seguidores para enseñarles a vivir con su estilo de vida, y a colaborar con él en la gran tarea de hacer la vida más humana. Hoy Jesús sigue llamando. Si no escuchamos su llamada y él no “va delante de nosotros”, ¿hacia dónde se dirigirá el cristianismo?
Por los caminos de Galilea se fue gestando la primera comunidad de Jesús. Sus seguidores viven junto a él una experiencia única. Su presencia lo llena todo. Él es el centro. Con él aprenden a vivir acogiendo, perdonando, curando la vida y despertando la confianza en el amor insondable de Dios. Si no ponemos, cuanto antes, a Jesús en el centro de nuestras comunidades, nunca experimentaremos su presencia en medio de nosotros.
Si volvemos a Galilea, la “presencia invisible” de Jesús resucitado adquirirá rasgos humanos al leer los relatos evangélicos, y su “presencia silenciosa” recobrará voz concreta al escuchar sus palabras de aliento.
José Antonio Pagola
20 de abril de 2014
Pascua de Resurrección (A)
Mateo 28, 1- 10

viernes, 18 de abril de 2014

"La única herencia que nos ha dejado Jesús es ser servidores los unos de los otros" Francisco, Obispo de Roma


El Papa lava los pies de los discapacitados
>Francisco se arrodilla y lava los pies de doce apóstoles del sufrimiento

"La única herencia que nos ha dejado Jesús es ser servidores los unos de los otros"

"Él es Dios, y se ha hecho siervo, servidor nuestro, un trabajo de esclavos, de siervos"

>Jesús Bastante, 17 de abril de 2014 a las 18:1el lavatorio de
(Jesús Bastante).- Fue un momento intenso, un gesto impecable, escandaloso en la época de Jesús, y aun hoy: un Papa arrodillado ante doce apóstoles del sufrimiento, la enfermedad y la postración, lavándoles los pies como antes sólo hacían los esclavos. Un Papa cansado, que había de ser ayudado a levantarse después de cada rodilla en tierra. Un hombre que recordó, en una breve e improvisada homilía, que ésta es "la única herencia que nos ha dejado Jesús: ser servidores los unos de los otros, ser servidores en el amor".
Lo hizo en la celebración del Jueves Santo que, por segunda vez en la historia, no tuvo lugar en una basílica vaticana, sino en el centro "Santa María de la Providencia" de la fundación Don Gnocchi.
Francisco no lavó los pies a sacerdotes, obispos o cardenales, sino a doce enfermos mentales, discapacitados, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, católicos, musulmanes o sin religión. Porque el mandato que Jesús nos deja en el Día del Amor Fraterno no es otro que el de "ser servidores, los unos de los otros", sin importar raza, religión o estado en el que nos encontremos. Una sola familia humana, unida en el amor de Dios hacia todas sus criaturas.
Una breve homilía antes de arrodillarse, sin papeles, vibrando, señalando que, en el Evangelio, "Jesús nos ofrece un gesto de despedida, y nos deja una herencia". "Él es Dios, y se ha hecho siervo, servidor nuestro. Y esta es la herencia: también vosotros tenéis que ser servidores, los unos de los otros".
Jesús, recordó el Papa, se aproxima al final de su trayecto en la tierra. "Y él ha hecho este camino, por amor". "También vosotros debéis ser servidores en el amor. Esta es la herencia que nos ha dejado Jesús".
El gesto de lavar los pies, "un gesto simbólico, lo hacían los esclavos, los siervos, a los comensales.... Porque venían por los caminos polvorientos. Cuando estaban por la casa era necesario lavarse los pies", explicó, con sencillez, Bergoglio.
Y es por ello que "Jesús cumple un gesto, un servicio, un trabajo de esclavos, de siervos. Y eso lo deja como herencia para nosotros. Tenemos que ser servidores los unos de los otros", repitió.
"Y por eso la Iglesia, cuando se conmemora la Última Cena, cuando Jesús instituye la Eucaristía, pone en la ceremonia este gesto de lavar los pies, que nos recuerda que debemos ser siervos los unos de los otros", volvió a explicar. Muchos no lo entenderán, escondidos como se hallan en sus púlpitos y sus cuotas de poder y de ortodoxia. Pero el mensaje es claro, el mismo que dijo Jesús: "ser siervos los unos de los otros".
"Ahora yo haré este gesto, pero todos nosotros, pensemos en los demás, en el amor que Jesús nos dice que tenemos que tener con los demás, y pensemos también cómo podemos servir mejor a estas personas. Porque esto es lo que Jesús ha querido de nosotros", concluyó Francisco, para después arrodillarse, limpiar y besar los pies de doce hombres y mujeres, y mirarles a los ojos, y sonreir. Y recordarnos que lo importante es amar.

miércoles, 16 de abril de 2014

Poema de Pedro Casaldáliga

Jueves Santo, institución de la Eucaristía


Mi Cuerpo es Comida

Mis manos, esas manos y Tus manos
hacemos este Gesto, compartida
la mesa y el destino, como hermanos.

Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.

Unidos en el pan los muchos granos,
iremos aprendiendo a ser la unida

Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos.

Comiéndote sabremos ser comida,

EI vino de sus venas nos provoca.

El pan que ellos no tienen nos convoca
a ser Contigo el pan de cada día.

Llamados por la luz de Tu memoria,
marchamos hacia el Reino haciendo Historia,
fraterna y subversiva Eucaristía.