Redacción
BBC Mundo
La peor sequía de los últimos 30 años en Guatemala está afectando a más de 2,5 millones de personas.
Este año se alcanzó la peor cifra histórica de personas afectadas por el hambre: más de 1.000 millones o un sexto de la población mundial, señala un informe de la ONU.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la desnutrición en el mundo estaba en retroceso hasta la llegada de la crisis económica, que empujó hacia arriba el precio de los alimentos, mientras se reducían los ingresos.
En este contexto y debido a la severidad de la recesión económica, soluciones tradicionales como la devaluación de la moneda o el envío de remesas de los migrantes no están funcionando.
Los datos dejan una sombra de duda sobre los "Objetivos de Desarrollo del Milenio" aprobados en 1996 y cuyo primer capítulo es la reducción a la mitad de la pobreza extrema y el hambre para 2015.
"Si el proceso de lucha contra el hambre sigue al ritmo que está hoy, las posibilidades de cumplir con el Objetivo del Milenio están muy pero muy remotas", reconoció a BBC Mundo Germán Rojas, director de la oficina de información de la FAO en España.
Más comida, más hambre
En Latinoamérica debemos recordar que el hambre tiene la cara de un niño indígena
José Graziano Da Silva, representante de la FAO en América Latina
En este contexto, "se da una paradoja y es que estamos ante un doble récord histórico. El primero, la humanidad nunca había producido tanta comida. Y el segundo, nunca había habido tantas personas con hambre", indicó a BBC Mundo Olivier Longué, director ejecutivo de la ONG española Acción contra el hambre.
El caso de América Latina es quizá uno de los más extremos.
"Nuestros cálculos apuntan a que hay un 30% de excedente alimentario en la región. Los alimentos no faltan. El problema es el acceso", señaló, en conversación con BBC Mundo, José Graziano Da Silva, representante de la FAO para América Latina y el Caribe.
Uno de los principales obstáculos para acceder a la comida es el aumento de los precios de los alimentos, que superó el 50% entre 2003 y 2008.
Para algunos expertos, la explicación hay que buscarla en la especulación en los mercados de materias primas en 2008 y en el aumento de consumo de carne en países como China, India, Brasil o México.
Sin embargo, los factores son múltiples.
"El alza del precio del petróleo tuvo consecuencias directas en el precio de los alimentos. En otros casos, muchas hectáreas de terreno que antes se dedicaban a la producción de alimentos se destinaron a la producción de biocombustibles", apuntó Rojas.
El rostro del hambre
África subsahariana y Asia son las regiones más castigadas por el hambre.
Ante la oscilación de los precios de los alimentos y la crisis económica mundial, los grupos más expuestos son las familias con menores ingresos.
De acuerdo con Naciones Unidas, al menos 2.000 millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza y se ven obligadas a destinar entre el 70 y el 80% de sus ingresos a alimentación.
Entre ellos, los niños son el grupo más afectado.
"En el mundo hay 55 millones de niños en situación de desnutrición aguda. Son personas que necesitan ayuda urgente porque su esperanza de vida es muy pequeña", advirtió Longué.
"También en Latinoamérica, debemos recordar que el hambre tiene la cara de un niño indígena", apuntó Graziano.
América Latina
Cifras del hambre
Asia: 642 millones de personas desnutridas.
África subsahariana: 245 millones.
América Latina: 53 millones.
África del Norte y Oriente Medio: 42 millones.
Países desarrollados: 15 millones.
Pese a las esperanzas generadas en los últimos años –América Latina fue la única zona que consiguió reducir las cifras de hambrientos desde 1996- el problema ha tenido un giro dramático en la región.
"De los 52 millones de desnutridos en el bienio 95-97, se pasó a 45 en el 2004-06. Sin embargo en el 2008, el número de hambrientos subió a 47 millones y en 2009 dio un nuevo salto hasta los 53 millones. Todo lo que se había avanzado se ha perdido", lamentó Rojas.
Pero el hambre en la región tiene una distribución desigual. Las zonas más castigadas están en Centroamérica: la República Dominicana –con un 25% de desnutridos- y Haití.
En estos momentos, el caso más alarmante es el de Guatemala, donde la peor sequía de los últimos 30 años ya obligó al gobierno a declarar la situación de emergencia alimentaria hace unas semanas.
Algunas zonas del país perdieron el 90% de la cosecha y cerca de 2,5 millones de personas se están viendo afectadas.
Voluntad política
Un paisaje desolador, ante el que los expertos se resisten a tirar la toalla.
Desde la FAO se insiste en que, con las políticas adecuadas y una mayor inversión en agricultura, sería posible acabar con el hambre.
Hace poco la ONU advirtió que la producción de alimentos debe incrementarse en un 70% en las próximas décadas si si quiere terminar con la hambruna.
Para algunos expertos, aunque los medios existen, lo que falta es voluntad política de los Estados.
"Sabemos que con el 3% de lo que se ha puesto en los bancos, se podría erradicar el hambre en su forma más aguda. Y el hambre, con 1.000 millones de afectados, debería ser la prioridad política", afirmó Longué.
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