La audiencia programada para este lunes será a puerta cerrada y el tribunal adscrito al Banco Mundial escuchará los argumentos de la compañía canadiense y al estado de El Salvador
31 DE MAYO DE 2010
REDACCIÓN DIARIO LA PAGINA
La compañía minera canadiense Pacific Rim pedirá una indemnización de 200 millones de dólares al estado salvadoreño, en concepto de pérdidas porque no le permiten explotar las minerías en el departamento de Cabañas.
La audiencia inició este lunes en el Centro Internacional de Arbitrajes de Disputas de Inversiones en el Banco Mundial, en Washington.
La disputa legal se ampara en el en el capítulo 10 del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica (CAFTA), por sus siglas en inglés, el que permite a las compañías extranjeras o sus filiales demandar a un estado firmante cuando este pone trabas para realizar inversiones o explotación de recurso natural.
La audiencia programada para este lunes será a puerta cerrada y el tribunal adscrito al Banco Mundial escuchará los argumentos de la compañía canadiense y al estado de El Salvador.
El Salvador es defendido por la firma Delew & LeBoeuf, de Washington.
Según Public Citizen de Washington, desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, unas 42 demandas contra los estados se han ventilado en este tribunal donde inversionistas han recibido hasta $35 millones en indemnizaciones.
En el caso de Pacific Rim esta compañía se incorporó en el estado de Nevada, por lo que puede ampararse bajo las cláusulas del Tratado de Libre Comercio.
Nota: Es una pequeña muestra de "los beneficios de los TLC", los Estados en manos POR LEY de las grandes corporaciones. El dinero de los Estados es de todos los contribuyentes, defendamos lo que es de todos. Esta empresa canadiense quiere plata a toda costa, ojalá exista un Estado que se plante y que exija indemnización para los verdaderamente afectados: los campesinos, los salvadoreños... No permitamos que estas grandes empresas destruyan nuestra naturaleza y saqueen las cuentas de nuestros impuestos. Pablo Edgardo
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