22 años después de darle refugio, el gobierno de Estados Unidos abre un juicio migratorio contra el ex ministro de Defensa Carlos Eugenio Vides Casanova, quien en 2002 fue condenado en ese país por torturas cometidas durante la guerra civil en El Salvador.
elfaro.net / Publicado el 18 de Abril de 2011
Este lunes inicia en un tribunal migratorio del estado de Florida un juicio de deportación contra el ex ministro de Defensa salvadoreño Carlos Eugenio Vides Casanova, condenado en 2002 en Estados Unidos por casos de secuestro y tortura en El Salvador durante los años 80s. El general Vides Casanova ha residido legalmente en Florida los últimos 22 años, desde cuando se retiró del Ejército en 1989 en plena guerra, y llegó a ser condecorado por Ronald Reagan con la Legión del Mérito, por su carrera militar en El Salvador. Ahora puede convertirse en el primer alto mando militar que es expulsado de aquel país desde que el gobierno norteamericano inició en 2001 una política de repatriación selectiva de sospechosos o responsables de violaciones de derechos humanos.
El general retirado, que fue director de la Guardia Nacional entre 1979 y 1983 y ministro de Defensa desde entonces hasta 1989, fue juzgado en 2002 junto a su antecesor en el cargo, el general retirado José Guillermo García, por el secuestro y tortura de los ciudadanos salvadoreños Juan Romagoza Arce, Neris González y Carlos Mauricio, para entonces residentes en Estados Unidos.
Dos años antes, en 2000, García y Vides Casanova habían sido declarados inocentes del asesinato de cuatro religiosas estadounidenses perpetrado por tropas del ejército en 1984. Un jurado consideró que ni García –que era ministro cuando se produjeron las matanzas de El Mozote y del río Sumpul- ni Vides Casanova tenían en esos años control sobre las tropas, ya que, según la sentencia, se vivía “una época de caos” en el país.
En el juicio de 2002, sin embargo, Juan Romagoza relató su detención por agentes de la Guardia Nacional en 1980 y testificó que Vides Casanova había participado personalmente en su interrogatorio, en el que durante 24 horas fue colgado de sus muñecas, golpeado, se le aplicaron descargas eléctricas en la lengua y fue disparado en el brazo izquierdo. Además, testimonios como el de la investigadora y académica Terry Karl, que volverá a ser testigo en el juicio que arranca este día, ilustraron el funcionamiento de la cadena de mando en las Fuerzas Armadas de El Salvador durante los 80s, y relataron el modo en que sistemáticamente se perpetraban desapariciones y torturas por parte de las fuerzas de seguridad.
Tras dos semanas de juicio, el jurado encontró a los demandados culpables de tortura y secuestro, con base en la responsabilidad de mando. García y Vides Casanova fueron condenados a pagar una indemnización de 54.6 millones de dólares a las tres víctimas. Aunque los ex militares apelaron el fallo, en 2007 una corte federal de Atlanta ratificó la condena. El 6 de octubre de 2009, el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos anunció la apertura de procesos de deportación contra ambos generales retirados. Aún no hay detalles del estado en que se encuentra el proceso contra García.
Según publica en su edición de este día el New York Times, durante el juicio migratorio la defensa de Vides Casanova planea llamar como testigo al ex embajador estadounidense en El Salvador Edwin G. Corr, que tendrá enfrente como testigo de la acusación a otro ex embajador estadounidense en el país, Robert White. El periódico lo considera “un signo de la división en Estados Unidos acerca del legado del conflicto salvadoreño”.
El mismo abogado de Vides Casanova, Diego Handel, apela de hecho al involucramiento de Estados Unidos en la guerra salvadoreña para tratar de detener el proceso de deportación. En declaraciones al Times, Handel destaca que ningún oficial estadounidense ha sido acusado hasta el momento por los abusos cometidos en la guerra de El Salvador, y que todos aquellos eventos “tuvieron lugar mientras en este país (Estados Unidos) había una preocupación extrema por la expansión del comunismo hacia el norte desde Centroamérica”.
"Es irónico que los vientos hayan cambiado", dijo Handel, "pero a ningún funcionario de gobierno estadounidense se le han pedido cuentas por ninguno de estos casos".
Durante la década pasada, en Estados Unidos se llevaron adelante otros procesos contra militares salvadoreños por crímenes cometidos durante la guerra civil. El ex capitán Álvaro Rafael Saravia fue encontrado en 2004 culpable del asesinato de monseñor Romero en un juicio, al que nunca se presentó, llevado a cabo en Fresno, California. En noviembre de 2005, el ex coronel Nicolás Carranza, ex viceministro de Defensa y director de la Policía de Hacienda, fue encontrado culpable de torturas, asesinatos extrajudiciales y crímenes contra la humanidad en un juicio civil realizado en Memphis, Tennessee, donde aún reside.
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