lunes, 2 de enero de 2012

Famila Llort exige se cumpla la ley y se reconstruya el mosaico en Catedral

El arzobispo de San Salvador dijo este domingo que decidieron destruir el mosaico en la fachada porque estaba deteriorado y constituía un peligro para los visitantes. Contradijo al párroco de la Catedral Metropolitana, quien había dicho que se destruyó porque restaría belleza a una imagen a instalar en la fachada del templo. La familia del artista Fernando Llort pidió esta tarde que se obligue a reconstruir la obra.


Patricia Carías y Ricardo Vaquerano
elfaro.net / Publicado el 2 de Enero de 2012

La familia del artista Fernando Llort se pronunció la tarde de este domingo exigiendo al Estado que haga cumplir la Ley de Protección de Patrimonio Cultural y obligue, con base en ella, a que se reconstruya el mosaico que adornaba la fachada de la Catedral Metropolitana, destruido por orden de la Iglesia Católica.

Los parientes de Llort y uno de los colaboradores del artista dieron conferencia de prensa horas después de que el arzobispo de San Salvador, monseñor José Escobar Alas, justificara la destrucción del mosaico alegando que con el deterioro sufrido a lo largo de los 15 años el mural se había convertido en una amenaza para los visitantes del templo.

La familia Llort rechazó las razones del arzobispo, y este a su vez, en sus explicaciones, entró en contradicción con el párroco de catedral sobre las razones que la jerarquía católica tuvo para ordenar desmontar a cincelazos y con taladro la obra inaugurada en 1997.

La Secretaría de Cultura había comenzado el trámite para declarar patrimonio cultural el mosaico. El lunes, sin embargo, las autoridades de la Iglesia Católica comenzaron a destruirlo y en tres días han dado dos versiones contradictorias sobre la razón que los movió: el viernes dijeron que el mosaico estorbaría a una imagen de mármol que instalarían en el frente del templo, y este domingo dijeron que la razón es que por su deterioro se ha convertido en un peligro para el público.

El pasado viernes 30 de diciembre, un grupo de trabajadores quitaron los mosaicos de la catedral, por orden de la iglesia católica. Familiares de Fernando Llort llegaron a recoger algunos restos, pero la mayoría fueron desechados en un camión que los tras

"Nosotros apreciamos mucho la obra, de colores bellísimos, pero constatamos -por desdicha- el deterioro que tuvo en 15 años y no le vimos posibilidad de que permaneciera la obra", dijo este domingo el arzobispo.

Escobar Alas explicó que los trabajos iniciaron como un proyecto para dar una mano de pintura al templo y que en el proceso de examen de la fachada, los técnicos contratados se percataron de que los azulejos que componen las icónicas figuras que Llort hizo famosas en su taller de artesanías de La Palma, estaban dañadas. Algunas se estaban despegando, otras estaban muy decoloradas y en general todas resultaban muy quebradizas.

"En un principio pensamos en la restauración", explicó el arzobispo, pero luego entendieron que hubiera sido una tarea demasiado difícil, si no imposible. En este punto no coincide el ingeniero Roberto Suárez, colaborador de Llort en la elaboración del mosaico, quien horas más tarde participó de la conferencia de prensa de la familia del artista. Según Suárez, la obra ni se decolora, como dijeron los encargados de retirar el mural, ni obliga a botarla por completo cuando alguna pieza ha sufrido daño, sino que se puede sustituir pieza por pieza en caso de necesidad.

La fachada de Catedral con el mosaico de Llort está orientada hacia el sur y enfrente tiene la emblemática Plaza Libertad. Entre ambos, plaza y templo, han sido testigos de momentos clave de la vida sociopolítica de El Salvador, antes y después de la obra del artista. Antes, por ejemplo, fueron escenario de múltiples manifestaciones políticas en los años 70 y 80 y también de una brutal represión que dejó decenas de fallecidos. En 1980, francotiradores del gobierno atacaron a la muchedumbre reunida en la Plaza Libertad para despedirse de monseñor Óscar Romero, asesinado el 24 de marzo de ese año y cuyo funeral se realizaba en ese momento.

Después de la obra de Llort, en marzo de 2011, esa fachada vio llegar al presidente estadounidense Barack Obama, quien llegó a la cripta a rendir tributo a monseñor Romero.

Cuando el templo estrenó el mural de Llort, el país se dio durante unos meses a debatir sobre la estética general de la catedral y sobre las supuestas incompatibilidades estilísticas de sus componentes arquitectónicos y de decoración. Los salvadoreños terminaron bautizando el mosaico como "la toallona", dado que las obras de Llort ya habían sido reproducidas incluso en enormes toallas decorativas.

Escobar Alas subrayó este domingo que la Iglesia aprecia el arte y a los artistas, pero insistió en que restaurar el mosaico era prácticamente imposible y lo mejor era desmontarlo. "Nosotros solo vemos que un mosaico como el que estaba no soporta las inclemencias del tiempo", dijo. Admitió que nunca notificaron a Llort sobre la decisión de destruirle su obra, como tampoco consultaron a la Secretaría de Cultura sobre la posibilidad de intervenir la obra.

La Ley de Patrimonio Cultural establece que nadie puede alterar o destruir una obra o un bien declarado patrimonio cultural o en proceso de ser declarado patrimonio cultural, a menos que tenga la autorización de la Dirección de Patrimonio Cultural. Cuando los periodistas le preguntaron si estaba al tanto de que la Secretaría de Cultura ya anunció un proceso de investigación y de posible imposición de multas a los responsables de la destrucción de la obra de Llort, Escobar Alas dijo que no sabía nada. "Espero que no lo hagan... mejor que nos ayuden a construir una réplica", dijo.

El arzobispo dijo que pedirán a Llort que construya una réplica en el interior de la catedral, aunque de menor tamaño. "No hemos platicado todavía con don Fernando, ojalá podamos hacer de nuevo el mosaico a una escala menor para tenerlo en el interior".

El viernes pasado, El Mundo publicó una nota en la que recogía la razón que daba el párroco de catedral, William Recinos, para haber ordenado la destrucción del mosaico. Según Recinos, hay una decisión de instalar en el frente de la catedral una imagen de mármol, y su estética o estilo la hace incompatible con el mosaico. Por lo tanto, había que quitar el mosaico. "Se busca que la imagen del Divino Salvador del Mundo combine. Es una estatua de mármol que donará un artista y los mosaicos le quitarían su belleza", explicó, citado en la nota de dicho periódico.

ver noticia completa   http://www.elfaro.net/es/201112/noticias/7004/

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