Gonzalo Castellanos, consultor para la Ley de Cultura.
El borrador de Ley de Cultura realizado por un consultor colombiano por encargo de la Secretaría de Cultura aportaba cambios radicales a la visión del trabajo institucional cultural en El Salvador. El documento surgido de un proceso del que la misma Presidencia de la República terminó abjurando, propone crear incentivos fiscales y un ministerio, y entregar la administración de las Casas de la Cultura a las municipalidades.
Al final de la tarde del lunes 20 de agosto, Gonzalo Castellanos ofreció una de las conferencias magistrales de la primera jornada del Foro 2012 Cultura y Desarrollo, organizado por la Secultura: "Industrias culturales, experiencias de Colombia". Esa era una de las ponencias que más expectativas había levantado, y no tanto porque a la comunidad cultural salvadoreña le apasione el caso colombiano, sino porque él es el autor del que se había anunciado como protagonista absoluto de este foro: el borrador de la Ley Nacional de Cultura.
La discusión "artículo por artículo" de este borrador estaba agendada para el martes 21. A la hora de inicio de la jornada, a las 10:20 a.m., había dos ausencias notorias: Castellanos y el borrador de la ley. El primero se encontraba en un avión con destino a Bogotá, y el segundo simplemente no llegó a las manos de los asistentes. En su lugar se repartió un "esquema" del primer borrador de la ley, pero no lo que todos entendemos como una ley, aunque sea en borrador. Fue una mañana de especulaciones.
Trascendió que la salida repentina de Castellanos había sido por un desencuentro con Magdalena Granadino, secretaria de Cultura, sus jurídicos y los de Presidencia, que señalaban defectos legales en el borrador de la ley sin entregar un informe técnico y mucho menos voluntad de solución. Granadino negó esta presunción y adujo una "situación familiar". El mismo Castellanos, contactado el día siguiente por El Faro, aceptó lacónico la versión de la secretaria. La diferencia es que la funcionaria usaba un tono desdeñoso y descalificativo para referirse al trabajo del colombiano, mientras él hacía alarde de diplomacia en sus declaraciones.
El miércoles 22, al inicio de la jornada, algunos artistas pidieron aclaraciones y tener acceso al borrador de la ley que había dejado Castellanos. Tanto la secretaria como sus directores se alinearon en un discurso ambiguo que rozaba en la negación de la existencia del documento, o bien, insitiendo en que no era "nada del otro mundo". Lo cierto es que no hubo nada que comentar, más que enunciados declarativos y abstracciones recitadas al público.
En esta entrevista, Castellanos explica paso a paso su trabajo y los mecanismos de consulta acompañados y validados por el designado de la secretaria hasta el día de aquella "situación familiar".
El borrador de Ley de Cultura realizado por un consultor colombiano por encargo de la Secretaría de Cultura aportaba cambios radicales a la visión del trabajo institucional cultural en El Salvador. El documento surgido de un proceso del que la misma Presidencia de la República terminó abjurando, propone crear incentivos fiscales y un ministerio, y entregar la administración de las Casas de la Cultura a las municipalidades.
Élmer L. Menjívar y Elena Salamanca
elfaro.net / Publicado el 30 de Agosto de 2012
Al final de la tarde del lunes 20 de agosto, Gonzalo Castellanos ofreció una de las conferencias magistrales de la primera jornada del Foro 2012 Cultura y Desarrollo, organizado por la Secultura: "Industrias culturales, experiencias de Colombia". Esa era una de las ponencias que más expectativas había levantado, y no tanto porque a la comunidad cultural salvadoreña le apasione el caso colombiano, sino porque él es el autor del que se había anunciado como protagonista absoluto de este foro: el borrador de la Ley Nacional de Cultura.
La discusión "artículo por artículo" de este borrador estaba agendada para el martes 21. A la hora de inicio de la jornada, a las 10:20 a.m., había dos ausencias notorias: Castellanos y el borrador de la ley. El primero se encontraba en un avión con destino a Bogotá, y el segundo simplemente no llegó a las manos de los asistentes. En su lugar se repartió un "esquema" del primer borrador de la ley, pero no lo que todos entendemos como una ley, aunque sea en borrador. Fue una mañana de especulaciones.
Gonzalo Castellanos durante su ponencia el 20 de agosto, en el Foro 2012 Cultura y Desarrollo. |
Trascendió que la salida repentina de Castellanos había sido por un desencuentro con Magdalena Granadino, secretaria de Cultura, sus jurídicos y los de Presidencia, que señalaban defectos legales en el borrador de la ley sin entregar un informe técnico y mucho menos voluntad de solución. Granadino negó esta presunción y adujo una "situación familiar". El mismo Castellanos, contactado el día siguiente por El Faro, aceptó lacónico la versión de la secretaria. La diferencia es que la funcionaria usaba un tono desdeñoso y descalificativo para referirse al trabajo del colombiano, mientras él hacía alarde de diplomacia en sus declaraciones.
El miércoles 22, al inicio de la jornada, algunos artistas pidieron aclaraciones y tener acceso al borrador de la ley que había dejado Castellanos. Tanto la secretaria como sus directores se alinearon en un discurso ambiguo que rozaba en la negación de la existencia del documento, o bien, insitiendo en que no era "nada del otro mundo". Lo cierto es que no hubo nada que comentar, más que enunciados declarativos y abstracciones recitadas al público.
En esta entrevista, Castellanos explica paso a paso su trabajo y los mecanismos de consulta acompañados y validados por el designado de la secretaria hasta el día de aquella "situación familiar".
Reseña biográfica
Gonzalo Castellanos Valenzuela, abogado de 48 años, es especialista en gestión pública y se ha desempeñado como consultor y autor de distintos proyectos culturales en América Latina. Tiene estudios superiores en Organización Territorial del Estado (Instituto Nacional de Administración pública de Alcalá de Henares), Diseño y Gerencia de Proyectos Sociales (Instituto para el Desarrollo Social del BID) y en Ciencias Políticas y Administrativas (Escuela Superior de Administración Pública de Bogotá).
Su experiencia data desde hace más de 15 años, en los que ha trabajado, en cargos públicos o a través de consultorías, con el Ministerio de Hacienda, Educación, Transporte, y el Departamento Nacional de Población en Colombia. Ha sido promotor, además, de proyectos de investigación y legislación cultural en Latinoamérica a través del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, el Fondo Mixto de Producción Cinematográfica, El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, entre otros.
El consultor llegó a El Salvador en 2011, invitado por la gestión del exsecretario de Cultura Héctor Samour, para discutir la posibilidad de fungir como asesor en la elaboración de un proyecto de ley. Fue, sin embargo, hasta febrero de este año, al iniciarse el mandato de Magdalena Granadino, cuando la Secultura lo contrató formalmente para que acompañara el diseño, la conceptualización y la gestión de la Ley de Cultura para el país. La consultoría tuvo un plazo de siete meses y expiraron en agosto.
Castellanos no era ajeno al espectro legal en materia de cultura en El Salvador. El 6 de marzo de este año la Asociación Salvadoreña de Cine y Televisión (Ascine) presentó el ‘teaser’ de una Ley de Cine e invitó al colombiano a intercambiar sus puntos de vista con base en las leyes de cine de Colombia y República Dominicana que él había gestado. En esta cita, ya advertía que las leyes “no funcionan para nada”, aduciendo que en ocasiones el Estado se vale de la burocracia para poner excusas, como la falta de normativas y de presupuesto, y frenar las iniciativas.
Gonzalo Castellanos Valenzuela, abogado de 48 años, es especialista en gestión pública y se ha desempeñado como consultor y autor de distintos proyectos culturales en América Latina. Tiene estudios superiores en Organización Territorial del Estado (Instituto Nacional de Administración pública de Alcalá de Henares), Diseño y Gerencia de Proyectos Sociales (Instituto para el Desarrollo Social del BID) y en Ciencias Políticas y Administrativas (Escuela Superior de Administración Pública de Bogotá).
Su experiencia data desde hace más de 15 años, en los que ha trabajado, en cargos públicos o a través de consultorías, con el Ministerio de Hacienda, Educación, Transporte, y el Departamento Nacional de Población en Colombia. Ha sido promotor, además, de proyectos de investigación y legislación cultural en Latinoamérica a través del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, el Fondo Mixto de Producción Cinematográfica, El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, entre otros.
El consultor llegó a El Salvador en 2011, invitado por la gestión del exsecretario de Cultura Héctor Samour, para discutir la posibilidad de fungir como asesor en la elaboración de un proyecto de ley. Fue, sin embargo, hasta febrero de este año, al iniciarse el mandato de Magdalena Granadino, cuando la Secultura lo contrató formalmente para que acompañara el diseño, la conceptualización y la gestión de la Ley de Cultura para el país. La consultoría tuvo un plazo de siete meses y expiraron en agosto.
Castellanos no era ajeno al espectro legal en materia de cultura en El Salvador. El 6 de marzo de este año la Asociación Salvadoreña de Cine y Televisión (Ascine) presentó el ‘teaser’ de una Ley de Cine e invitó al colombiano a intercambiar sus puntos de vista con base en las leyes de cine de Colombia y República Dominicana que él había gestado. En esta cita, ya advertía que las leyes “no funcionan para nada”, aduciendo que en ocasiones el Estado se vale de la burocracia para poner excusas, como la falta de normativas y de presupuesto, y frenar las iniciativas.
¿Cómo llegó usted al equipo de desarrollo de la Ley Nacional de Cultura?El
año pasado fui invitado por la Secretaría de Cultura de la Presidencia
(Secultura), cuando era secretario el doctor Samour, para tratar la
posibilidad de una asesoría en el proceso de conformación de la ley. Mi
vinculación, sin embargo, se da tiempo después mediante un proceso de
selección llevado a cabo por la Secultura en el que presenté una
propuesta que fue evaluada. Mi contratación con Secultura se celebra en
febrero de este año con la actual administración de la entidad, entiendo
que con fondos de cooperación. En este proceso prestó su invaluable
apoyo el Centro Cultural de España, sin ninguna injerencia en decisiones
administrativas o de contenidos, sino en el marco de la cooperación que
brinda al país.
¿Qué le pidieron exactamente?Acompañar el diseño, conceptualización y gestión de un proyecto de Ley de Cultura para El Salvador.
¿Quiénes han sido sus contrapartes en Secultura?El
trabajo que hemos desarrollado, con base en unos lineamientos y
premisas de los objetivos definidos desde el inicio, ha tenido como
contrapartes y acompañantes a los diversos directores de áreas y sus
equipos humanos, con quienes nos reunimos en juiciosas sesiones
anteriores para tratar lineamientos, posibles contenidos, visiones,
aspiraciones de un proyecto de ley, en lo concerniente a cada área.
Igualmente el trabajo ha tenido el valioso acompañamiento de Alejo
Campos y, por supuesto, el apoyo de la secretaria de Cultura, Magdalena
Granadino.
¿Cómo fluyó el proceso en términos de cumplimiento de plazos, responsabilidades, metas?Excelente.
Conté con todo el apoyo de la Secretaría, con la coordinación estricta
de agendas, con la interlocución necesaria con otros ministerios e
instancias públicas, con la coordinación de reuniones con diferentes
sectores y agremiaciones artísticas y culturales. Mi propuesta pública
contempló unos plazos para el cumplimiento de cada etapa y al momento
hemos desarrollado suficientemente ese proceso.
¿En qué consistió ese proceso? El
proceso de elaboración del proyecto contempla las etapas de diagnóstico
sobre la legislación cultural vigente en el país, definición de
lineamientos, necesidades, aspiraciones y visiones de la legislación que
se propondría. Reunión con las instancias gubernamentales y comunidad
artística y cultural involucradas para tratar conceptos, aspiraciones y
propuestas, elementos que debería contemplar un proyecto de esta
magnitud.
Entendemos que hubo reuniones con diversas instituciones del gobierno...
Además de los funcionarios de Secultura en todas las áreas de artes, patrimonio, bibliotecas, archivo, investigaciones, casas de cultura, y otros, nos reunimos, entre otros con el director ejecutivo de Proesa, el director ejecutivo del Centro Nacional de Registros (CNR); con la diputada Lorena Peña, miembro de la junta directiva de la Asamblea Legislativa y presidenta del Grupo Parlamentario de Mujeres; con la ANEP; con consultures y expertos en materia de cuentas satélites de cultura en la región, con el Ministro de Hacienda; con la Cámara de Comercio e Industria. También con agremiaciones y diversos sectores culturales en teatro, artes, cine, entre otros.
Además de los funcionarios de Secultura en todas las áreas de artes, patrimonio, bibliotecas, archivo, investigaciones, casas de cultura, y otros, nos reunimos, entre otros con el director ejecutivo de Proesa, el director ejecutivo del Centro Nacional de Registros (CNR); con la diputada Lorena Peña, miembro de la junta directiva de la Asamblea Legislativa y presidenta del Grupo Parlamentario de Mujeres; con la ANEP; con consultures y expertos en materia de cuentas satélites de cultura en la región, con el Ministro de Hacienda; con la Cámara de Comercio e Industria. También con agremiaciones y diversos sectores culturales en teatro, artes, cine, entre otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario