Monseñor Oscar
Arnulfo Romero Galdámez es la persona más
conocida en El
Salvador por ser la voz de los sin voz
Oscar Arnulfo Romero Galdámez nació en el
pueblo de Ciudad Barrios el 15 de agosto de 1917, en la parte este de El
Salvador. Terminó sus estudios de sacerdote en Roma, Italia el 4 de abril 1942;
después de algunas dificultades para regresar a El Salvador desde Italia porque
estaba la Segunda Guerra Mundial, regresó a El Salvador en 1943. El obispo que
estaba en aquel momento le encomendó la parroquia de Anamorós en el departamento
de Morazán.
Romero fue nombrado obispo en 1970, ayudando como
obispo auxiliar del arzobispo Luis Chávez y González. Romero trabajó como obispo en la diócesis de
Santiago de María, a la cual pertenece mi
ciudad natal Sesori y en donde mi padre era el sacristán. Fue en 1974, durante
una visita que Monseñor hizo a Sesori para celebrar una festividad religiosa, cuando conocí a Monseñor por primera vez; yo tenía
quince años. Más tarde, a principios de
1979, platiqué con él en la Catedral de San Salvador, después de una misa, para
conocer su opinión acerca de mi compromiso en la organización popular. La
tercera y última vez que hablé con él fue en su visita a nuestra comunidad en
Colonia Guadalupe, en Soyapango, el 12 de diciembre de 1979 en la festividad de
la Virgen de Guadalupe. Después de la misa, todos los catequistas comimos pupusas
con él en la casa de Francisco Calles; mientras tanto platicamos acerca de la
situación en nuestro país y de las amenazas de muerte que en su contra habían
lanzado los escuadrones de la muerte. Ustedes pueden ver en el diario de
Monseñor Romero la mayor parte de las visitas pastorales que él hizo.
En noviembre de 1974, se produjo la primera
masacre en un lugar llamado La Cayetana; Monseñor Romero estuvo ahí invitado
por los sacerdotes y campesinos para conocer lo qué había pasado. Monseñor Romero presidió una oración en
compañía de la gente al derredor de uno de los cuerpos que aún estaba al lado
de la carretera. Monseñor supo que los culpables fueron la Guardia Nacional.
Monseñor Romero no sólo estuvo orando por las víctimas, también escuchó
testimonios de los familiares de las personas asesinadas, luego escribió una
carta al presidente Arturo Armando Molina pidiéndole una investigación y
sanción de los culpables. Puedo compartir esa carta en otro momento, si les
parece.
Antes que Monseñor Romero llegara a ser Arzobispo,
hubo una discusión entre la oligarquía de El Salvador, ya que siempre
"sugirieron" al Papa quien debía ser el próximo Arzobispo, por lo que
sugirieron a Monseñor Romero. La mayoría de los sacerdotes y los miembros de las
Comunidades de Base se sintieron decepcionados porque estaban seguros que
Romero había sido elegido por la oligarquía y como tal actuaría en favor de la
derecha.
El 28 de noviembre de 1970, Monseñor Romero siendo
obispo auxiliar de la Arquidiócesis, asistió el cadáver del sacerdote Nicolás
Rodríguez, quien fue el primer sacerdote asesinado en El Salvador, en un camino
de San Antonio Los Ranchos, en el departamento de Chalatenango; al respecto
Monseñor Romero dijo: “Yo fui a recoger ese cadáver, ya estaba putrefacto-
venía de una confesión, traía los instrumentos de despedir un alma para la
eternidad, ministro que murió, pues, en el servicio de su sacerdocio”. (Homilía,
27 nov. 1977) Por supuesto que el asesinato de su amigo el Padre Rutilio Grande
el 12 de marzo de 1977, también causó un gran impacto en Monseñor Romero.
Al comienzo de su episcopado, la mayoría de
las personas consideraban al Arzobispo Romero muy tradicionalista y conservador;
pero él siempre trató de visitar y hablar con la gente y los sacerdotes para
conocer sus problemas, las opiniones, y tenerlos en cuenta. Creo que uno de sus
valores principales era su sinceridad.
Aunque Romero fue criticado y amenazado de
muerte, él siempre dijo la verdad desde la óptica de la palabra de Dios. Sus homilías
aún nos interpelan:
En un pronunciamiento especial, Monseñor Romero denunció las atrocidades
cometidas por el ejército contra los campesinos. Además, cuestionó a la prensa
porque a propósito los medios de comunicación estaban dando información
equivocada sobre los hechos en nuestro país, por eso les dijo: "Es una
lástima, hermanos, que en estas cosas tan graves de nuestro pueblo quieran
engañar al pueblo. Es lástima tener unos medios de comunicación tan vendidos a
las situaciones. Es lástima no poder confiar en la noticia en el periódico o de
la televisión o de la radio porque todo está comprado, está amañado y no se dice
la verdad". (Homilía, 02 de abril 1978)
Ese tipo de crítica aún es válida en El
Salvador debido a que los grandes medios de comunicación han controlado y
manipulado la información para favorecer a los ricos, que siempre habían
gobernado nuestro país. El 29 de julio de 1979, Monseñor Romero dijo a los
periodistas: "Un periodista o dice la verdad o no es periodista". Ustedes
pueden sacar su propia conclusión.
Romero fue asesinado mientras celebraba una
misa en la capilla del hospital La Divina Providencia en San Salvador el 24 de
marzo de 1980, por un Escuadrón de la Muerte organizado por Roberto D'Abuisson;
éste fue entrenado en una base militar de los Estados Unidos, y fundó el
partido Alianza Republicana Nacionalista, ARENA.
Ahora, 35 años después del asesinato de
Monseñor, la Iglesia Católica ha anunciado que Monseñor Romero será convertido
en santo; la mayoría de las personas salvadoreñas están muy felices, y la
beatificación podría ser muy pronto, en este año 2015!
José Fidel Campos Sorto,
Jueves, 22 de enero 2015.
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