Francisco, hoy, en la audiencia
Francisco anima a "recuperar la convivencia familiar" y llevar la camaradería a todo el mundo
"En los países ricos, sobra la comida, mientras otros se quedan fuera de la mesa. Esto es vergonzoso"
Jesús Bastante, 11 de noviembre de 2015
(Jesús Bastante).- "Una familia que no come unida, o que cuando lo hace no dialoga, o está con su televisor, con su telefonino, es una familia poco familiar... Yo diría, es una familia automática". El Papa Francisco lanzó esta mañana un llamamiento a una Iglesia-familia, en la que se hable, se escuche, se "atienda" a todos, se "recupere", en definitiva, la "convivencia familiar".
Bergoglio utilizó el término "convivialidad"para referirse a esa convivencia en confianza, la camaradería necesaria entre los cristianos, y también en las familias. El cuidado, la atención, el diálogo y la escucha en torno a la mesa, al convite, frente a aquellos momentos en que "los hijos, en la mesa, están ocupados con el smartphone, y no escuchan". Eso, en opinión del Papa, "no es una familia, ¡es una pensión!".
"Los cristianos tenemos una especial vocación a la convivialidad. Jesús no desdeñaba comer con sus amigos. Y representaba el Reino de Dios como un banquete alegre", subrayó Bergoglio, quien incidió en que "fue en el contexto de una cena donde Jesús entregó a los discípulos su testamento espiritual, e instituyó la Eucaristía. Y es precisamente en la celebración Eucarística donde la familia, inspirándose en su propia experiencia, se abre a la gracia de una convivialidad universal y a una fraternidad sin fronteras, según el corazón de Cristo, que entrega su Cuerpo y derrama su Sangre por la salvación de todos".
"Saber convivir es una virtud preciosa, la familia reunida en torno a la familia doméstica, el compartir la comida es una experiencia fundamental", recordó el Papa, quien apuntó que las fiestas, los aniversarios... "se hacen en torno a una mesa".
"El cristianismo contiene una especial vocación a la convivencia. Todos los años Jesús enseñaba en la mesa, y representaba el Reino de Dios como un convite festivo", subrayó. En esta perspectiva, añadió, "podemos decir que la familia va de casa a la mesa, ofrece a la Eucaristía la propia experiencia de convivencia, que le abre a la gracia de una convivencia universal, del amor de Dios por el mundo".
"Participando en la Eucaristía, la familia se libra de la tentación de encerrarse en sí misma, fortalecida en el amor y la fraternidad según el corazón de Cristo", apuntó Francisco, denunciando cómo "en nuestro tiempo, vivimos encerrados en nuestros propios muros", ante lo cual "la convivialidad generada desde la familia y la Eucaristía supone una oportunidad crucial para vencer el encierro y construir puentes de acogida y de caridad".
Así, Francisco reivindicó "la Eucaristía de una Iglesia familia, capaz de restituir a la comunidad y la hospitalidad recíproca", como " una escuela de inclusión humana que no tiene parangón", y en la que tienen cabida los más pequeños, "los huérfanos, los heridos, los desesperados, los abandonados".
"Hoy, muchos contextos sociales ponen obstáculos a la convivencia familiar. Hoy no es fácil. Debemos intentar el modo de recuperar. En la mesa se habla, se escucha, nunca haya silencio, el silencio que no es el de los monjes, ni el del egoísmo, el de cada uno a la suya... y no se habla, no. Nunca el silencio. Recuperemos la convivencia familiar, adaptándola a los tiempos".
Saludo del Papa en español:
Queridos hermanos y hermanas:
En la vida familiar aprendemos desde pequeños la convivialidad, bellísima virtud que nos enseña a compartir, con alegría, los bienes de la vida. El símbolo más evidente es la familia reunida entorno a la mesa doméstica, donde se comparte no sólo la comida, sino también los afectos, los acontecimientos alegres y también los tristes. Esta virtud constituye una experiencia fundamental en la vida de cada persona y es un termómetro seguro para medir la salud de las relaciones familiares. Una familia que no come unida o que mientras lo hace no dialoga es una familia "poco familiar".
Los cristianos tenemos una especial vocación a la convivialidad. Jesús no desdeñaba comer con sus amigos. Y representaba el Reino de Dios como un banquete alegre. Fue también en el contexto de una cena donde entregó a los discípulos su testamento espiritual, e instituyó la Eucaristía. Y es precisamente en la celebración Eucarística donde la familia, inspirándose en su propia experiencia, se abre a la gracia de una convivialidad universal y a una fraternidad sin fronteras, según el corazón de Cristo, que entrega su Cuerpo y derrama su Sangre por la salvación de todos.
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Saludo a los peregrinos de lengua española y a todos los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Roguemos para que cada familia participando en la Eucaristía, se abra al amor de Dios y del prójimo, especialmente para con quienes carecen de pan y de afecto. Que el próximo Jubileo de la Misericordia nos haga ver la belleza del compartir. Gracias.
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2015/11/11/cuando-los-hijos-en-la-mesa-estan-ocupados-con-el-smartphone-y-no-escucha-no-es-una-familia-es-una-pension-religion-iglesia-vaticano-papa-francisco-audiencia.shtml
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