Una masacre que no debe quedar en la impunidad
El asesinato de los mártires de El Despertar: P. Octavio Ortiz, Ángel Morales, Jorge Alberto Gómez, Roberto Orellana y David Alberto Caballero, como muchos otros cometidos antes y durante el conflicto armado, nunca fueron investigados, por lo que continúan en la impunidad hasta hoy. Pero sostenemos que para que se logre una autentica reconciliación luego de la firma de los Acuerdos de Paz, se necesita saber quienes fueron los responsables de dicha masacre, quienes ordenaron el asalto a ese centro de retiros y quienes son los responsables de mantener prisioneros a los jóvenes asistentes al retiro espiritual, durante mas de tres meses, sufriendo los vejámenes que se viven en las prisiones salvadoreñas, en esa época el Presidente era el General Carlos Humberto Romero, el Ministro de Defensa era Fidel Torres, el Director de la Guardia Nacional era Ramón Alfredo Alvarenga y de la Policía Nacional el General Iraheta (el chivo).
P. Octavio parado en el mismo lugar en donde | fue asesinado |
“ Quiero recordar con cariño y solidarizarme fielmente con los sacerdotes asesinados. Investigaciones de nuestro Arzobispado y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA nos dejan claro que…a los otros dos sacerdotes, Neto Barrera y Octavio Ortiz, es claro que perecieron en poder de agentes de seguridad…”Msr. Oscar A. Romero, 16-09-79.
Los padres y familiares del padre Octavio han decidido reabrir el caso para que se investigue a fondo quienes fueron los responsables de tal barbarie. Muchos testigos están testificando sobre lo que realmente pasó ese día.
Para dar un poco de tranquilidad a esa madre, a ese padre y sus familiares, que han vivido en la zozobra de ese asesinato, para que mueran en paz, para que se logre una autentica reconciliación en el país. Para que la memoria de este pueblo sea reivindicada se necesita la VERDAD y la JUSTICIA!
BIOGRAFÍA del Padre Octavio Ortiz Luna
Octavio Ortiz Luna, sacerdote diocesano, nació en Cacaopera, Morazán, El Salvador e1 22 de marzo de 1944.
Estudió en el Seminario San José de la Montaña, San Salvador.
En 1971 llegó como seminarista a la parroquia San Francisco de Asís de la ciudad de Mejicanos donde fundó las primeras Comunidades Eclesiales de Base.
En 1974 fue ordenado sacerdote por Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
El mismo año fue nombrado párroco de la Parroquia San Francisco de Asís, lo que le permitió continuar el trabajo comenzado desde hacía tres años.
Fue nombrado vicario general de la vicaría de Mejicanos.
Monseñor Romero lo escogió para ser uno de sus consejeros espirituales y de trabajo.
Al padre Octavio le tocó vivir su misión como sacerdote en un momento muy difícil. La década de los 70 fue una década de mucha efervescencia popular en El Salvador. La injusticia social y el irrespeto a los derechos humanos eran tan insoportables que la amenaza de una guerra civil como única alternativa para solucionar los problemas se veía llegar.
Al igual que otros sacerdotes, obispos y monjas, Octavio tomó la Opción Preferencial por Los Pobres y se identificó con la lucha de los pobres.
Su parroquia sirvió de refugio para muchos campesinos, fue lugar de encuentro y reflexión para los-as jóvenes, obreros-as, etc.
A la edad de 35 años fue asesinado por la Guardia Nacional en el centro de retiros EL DESPERTAR. En el momento de su martirio se encontraba reunido con jóvenes varones.
Monseñor Romero que se presentó a la morgue reconoció los cadáveres y ordenó que se les llevara a la funeraria para que los prepararan y que luego los llevaran a Catedral para su vela y posterior entierro.
El día 21, Monseñor Romero en Catedral, celebró la misa ante el cadáver del Padre Ortiz y de los cuatro jóvenes: Ángel Morales, Jorge Alberto Gómez, Roberto Orellana y David Alberto Caballero.
Monseñor tituló su homilía "Un asesinato que nos habla de resurrección". En la homilía denunció que "el comunicado oficial que publicaron los medios de comunicación es mentiroso de principio a fin". También habló del presidente de la república, quien "a pesar de todo esto, ha dicho en México que no hay persecución en la Iglesia".
Al día siguiente, Monseñor Romero iba a Puebla. Y dijo a su pueblo en Catedral: "mi corazón se divide ante esta expectativa: el anhelo sincero de ir al encuentro con el Papa... y un deseo de aportar la riqueza insondable de nuestra arquidiócesis que es grande: son ustedes, son sus comunidades, es su fe, es su sufrimiento, es su persecución... Quisiera quedarme con ustedes en una hora tan dolorosa y tan peligrosa de nuestra Iglesia; pero por otra parte, siento la necesidad de llevar esta voz para hacerla sentir en Puebla a las amplitudes del continente y del mundo".
Después de la celebración eucarística, los familiares retiraron los cadáveres de los jóvenes y la comunidad de San Francisco de Asís, se encargó del traslado y del sepelio del Padre Octavio en el altar mayor de la parroquia de esa comunidad.”http://cebes-martiresdeelsalvador.blogspot.com/
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