domingo, 11 de diciembre de 2016

Un Beato para Oklahoma y Guatemala: Padre Francisco Stanley Rother reflejo del corazón amoroso de Cristo


Un Beato para Oklahoma y Guatemala: Padre Francisco Stanley Rother reflejo del corazón amoroso de Cristo

El uno de diciembre el Papa Francisco en audiencia dada al Cardenal Angelo Amato responsable de la Causa de los Santos, aprobó en decreto el reconocimiento público de treinta y dos Beatos, varios de ellos por entregar su vida en el martirio por amor a Dios y a su prójimo en el servicio evangélico. Así lo anunció Radio Vaticana.


Entre los mártires se encuentra el sacerdote diocesano Francisco Stanley Rother, originario de Oklahoma, Estados Unidos y que ofrendara su vida como Párroco de la Parroquia de Santiago Atitlán, Sololá, Guatemala.



“Bendito sea Dios”, “Gracias mi Dios”, exclamó, al mismo tiempo que divulgaba la noticia en redes sociales, monseñor Gonzalo de Villa y Vasquez, obispo de Sololá, en cuya diócesis se ubica la parroquia en la que sirviera con tanto amor el Siervo que será declarado Mártir.


Es el primer Beato mártir de Oklahoma en la Iglesia de los Estados Unidos, tierra de donde salió para la misión; y al mismo tiempo es Beato de la iglesia de Guatemala, pues sirvió amorosamente como párroco en la colorida tierra de Santiago Atitlán, en Sololá, pueblo en el que trabajó sin descanso y en el que dejó su amor, su Sangre y su corazón.


Sufrió la muerte inocente, por eso será beatificado como un pastor que fue martirizado “por odio a la fe”. Pudo haberse ido, de hecho sus amigos sacerdotes se lo habían aconsejado. El Padre Francisco, habiendo recibido amenazas de muerte, como parte de una lista de varios que estaban en la mira y que fue distribuida en el pueblo, empacó sus maletas y llevando su boleto de vuelo se dirigió al aeropuerto la Aurora en Ciudad de Guatemala. Ya estando en el aeropuerto se le vino a la mente el pasaje del Evangelio del Buen pastor. “El buen pastor da la vida por sus ovejas”. Y Pensó: El pastor no debe huir. Tomó sus maletas y se volvió a la parroquia de Atitlán.


Días después el Padre Francisco explicó la suerte de sufrimiento por la que atravesaban familias y poblaciones ladinas e indígenas, aunque ciertamente el sufrimiento se acentuaba con mayor intensidad en las poblaciones indígenas. Sin hacer distinción pues su corazón era de pastor, y el pastor sabe amar por igual, el Padre Francisco dio la vida en la población Maya Tzutujil, habiendo aprendido incluso de ellos el idioma. Por esos días escribió una carta a su familia explicando la situación de muerte que se vivía en toda Guatemala, muertos, torturados, desaparecidos, era el pan de cada día de los guatemaltecos. También explicó que el Pastor no debe huir y que por eso decidió, a pesar del peligro, retornar a la parroquia. Tiempo después de su martirio se escribió basado en escritos y cartas del Padre, el libro: “El Pastor no debe huir.”


Para conocer los hechos, la semblanza y el testimonio martirial del Padre Francisco Stanley Rother, más allá de notas de prensa personalistas, que mejor que leer los escritos que sobre su vida publicados por la Conferencia Episcopal de Guatemala: www.iglesiacatolica.org.gt/aspr.htm
Fuente: NOTICELAM, Conferencia Episcopal de Guatemala
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