El Papa Francisco invitó en la Misa matutina en Santa Marta a pasar de una vida tibia a una vida plena en la que se anuncie el Evangelio con alegría.
Francisco explicó que en la Biblia cuando un pueblo servía a la mundanidad Dios les mandaba profetas que eran perseguidos porque “incomodaban”, como lo fue San Pablo.
“En la Iglesia, cuando alguno denuncia tantos modos de mundanidad es mirado con malos ojos y esto no va, mejor que se alejen. Recuerdo que en mi tierra muchos, muchos hombres y mujeres, consagrados y buenos, no ideológicos, decían: ‘No, la Iglesia de Jesús es así…’. ¡Estos comunistas fuera!’, y los echaban. Los perseguían. Pensemos en el beato Romero. Lo que le ocurrió por decir la verdad. Y a muchos, muchos en la historia de la Iglesia, también aquí en Europa. Porque el espíritu malvado prefiere una Iglesia tranquila sin riesgos, una Iglesia de los negocios, una Iglesia cómoda en la comodidad del calor, tibia”.
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