El papa Francisco condenó lo que dijo era el trabajo de esclavos de las condiciones laborales de cientos de bengalíes que murieron en el edificio que se derrumbó en la capital Dhaka la semana pasada.
El Papa afirmó que iba en contra de Dios concentrarse en los balances anuales y ganancias en lugar de pagar un salario justo.
Posteriormente en su audiencia general a peregrinos en la Plaza de San Pedro pidió a los políticos europeos esforzarse más para revitalizar el mercado de trabajo del continente.
El comentario surge en medio de creciente preocupación por el incremento en el desempleo en Italia, España y Grecia.
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