El Pastor, el Profeta y el Mártir por defender a un pueblo pobre.

"Me da mucho gusto pertenecer a esta Iglesia que está despertando la conciencia del campesino, del obrero, no para hacerlo subversivo ya hemos dicho que la violencia pecadora no es buena, sino para que sepa ser sujeto de su propio destino, que no sea más una masa dormida, que sean hombres que sepan pensar, que sepan exigir. 

Esta es la gloria de la Iglesia, y de ninguna manera se averguenza cuando se le quiere confundir con otras ideologias, porque ya se ve que es calumnia, que es querer hechar humo para confundir y para poder desprestigiar este papel promotor de la Iglesia"
                                                 Mons. Romero (13-11-77).